La totalidad de las proveedoras de servicios de Internet -y fundamentalmente de las telefónicas- nos genera desconfianza. Primero es más fácil suscribirse que desuscribirse. Basta con 5 o 6 minutos para empezar a tener que pagar sumas astronómicas por los pésimos servicios, pero horas y hasta días para poder dejar de hacerlo. Algo que nos demuestra qué opinan de nosotras empresas como Speedy o Telecom, donde el maltrato es cotidiano y el abuso es ley.
El servicio es bizarramente malo, al punto de que en más de una ocasión he hablado con alguien que a penas sabe manejar el sistema de las ventanas, pero que desconoce cosas elementales de redes, algo que no debería ignorar una persona detrás de una línea de atención técnica.
El asunto es que los test de navegación por lo general son sólo apenas más creíbles que las proveedoras de servicios, lo que es equivalente a casi no tener credibilidad alguna. En lo personal, desde que decidí dejar de usar sitios que no tuvieran soporte HTML5 cambié de ISP en dos ocasiones, la primera fue porque la gente del servicio técnico de Speedy me exigía que use software privativo para poder brindarme el servicio. Algo realmente inaceptable, pero que no me sorprendió porque en otras ocasiones evitaron prestarme soporte técnico con la excusa de que ellos brindan el servicio sólo para usuarias de Window$. Ante esas dos situaciones, no pude menos que cancelar el servicio, que además había tenido ya subas verdaderamente ALTÍSIMAS, que nunca fueron comunicadas y otras maniobras arbitrarias de parte de Telefónica de Argentina como subir los precios sin avisar o dejar de enviarte la factura en papel y no enviarte jamás el resumen por email.
Uno de los puntos más flojos frente a empresas que violan los derechos de las usuarias como práctica cotidiana, es el de saber si verdaderamente nos están brindando el servicio que pagamos. Porque sabemos que no nos venden una conexión dedicada y que lo que pagamos es el «máximo de velocidad» en que navegaremos si nadie más en el mundo está utilizando la red en el momento en que lo hacemos (esto sólo ya debería ser ilegal). Ese «máximo», hace que si hay mucha gente conectada y sólo está disponible 1,5mbps para navegar, lo hagamos a esa velocidad, aunque estemos pagando 1 tbps.
Los test de velocidad, habitualmente requieren que usemos el plugin de Adobe Flash, algo que además de inseguro es pésimo, ya que consumimos innecesariamente recursos de nuestra computadora, en software privativo, y con el único objetivo de hacer cosas que tranquilamente pueden hacerse con HTML5. Por todo lo anterior, te invitamos a que pruebes Speedtest de Ookla, ya que no te obliga a instalar nada, implemente con un par de clicks podés obtener los mismos resultados y mantener tu máquina a resguardo de las corporaciones que obtienen dinero violando tus derechos como es el caso de las ISP.
Los benchmark (tal es el nombre paquete que reciben estas pruebas) no tienen realmente la última palabra a la hora de determinar el rendimiento ya que las variables que intervienen en situaciones como estas son varias, pero sí no permiten tener una referencia. La prueba de velocidad incluye además una de estabilidad (¿para qué querríamos que la conexión vuele si se cae a cada rato?) y Speedtest aparece como la herramienta más utilizada para comprobar carga y descarga.
En fin, dale una probadita y publicá los resultados, presionar también es luchar por tus derechos.
¡Happy Hacking!
Muchas Gracias por tu esfuerzo y dedicación, los valoro mucho y seguramente mucha gente también lo hace.
Un GRACIAS con mayúsculas.
Hola Hernán! muchas gracias! A veces se hace cuesta arriba publicar todos los días. Pero comentarios como el tuyo estimulan y alientan. Abrazo!
Muy buena página. Varias veces busqué webs donde sean objetivas en cuanto a esta medición, dado que muchos medidores son de las mismas empresas de ISP.
Muchas gracias Pablo y Tribuna Hacker!
Saludos
Hernán