En estos días en que nos están bombardeando con temas de Inteligencia Artificial… tenemos que confesar que la probamos… y nos gustó.
Se me ocurre aclarar que por ahí está bueno notar que la gente que está desarrollando estas cosas, está liberándolas para su uso, en gran parte, para lograr que las inteligencias tengan entrenamiento y es algo que resulta beneficioso para los intereses de las garcas y sus embajadoras.
Fuera de lo político, este es el resultado que arrojó una inteligencia artificial a la que le pedimos que reescriba la Divina Comedia, y que además la actualice. No es más que un resultado simpático, que no deja de ser brillante compendio de espejitos de colores. Pero divertida.
La Divina Comedia Millennial
La Divina Comedia Millennial es una aventura épica de una joven llamada Dante que se adentra al infierno digital, el purgatorio de redes sociales y el paraíso de la tecnología.
Dante comienza su viaje a través del infierno digital, un lugar plagado de trolls, bots, y toda clase de criaturas digitales que intentan distraerlo de su objetivo. Durante el viaje, Dante se encuentra con vírgenes de la tecnología que le guían a través del laberinto de los tiempos modernos.
Después de atravesar el infierno digital, Dante llega al purgatorio de redes sociales. Allí, Dante se enfrenta a las demonios de la codicia, la envidia y la avaricia que intentan atraparla en una red de likes, retweets y seguidores. Al superar estas pruebas, Dante debe escalar la montaña de la información para llegar al paraíso de la tecnología.
Finalmente, Dante alcanza el paraíso de la tecnología. Allí, Dante se encuentra con las ángeles de la innovación y descubre la verdadera libertad que les otorga la tecnología. Al final de su viaje, Dante ha aprendido la importancia de equilibrar la tecnología con la vida real para lograr una mejor comprensión de la humanidad.
Una pedorrada….
“Los que aquí entrais, abandonad toda esperanza” (De la Divina Comedia). No es menor que la lógica que atraviesa la repuesta de la IA sea la misma del sistema en la que surge y desarrolla: el horizonte tranquilizador a contrapelo de la frase que inicia mi comentario y que se lee en Dante, en las puertas del infierno.