Parece un mito, pero es cierto que es posible intervenir la webcam de otra persona. Según expertas en este tipo de vulneraciones, cuando penetran incluso apagan las luces que por lo general se encienden para indicar que la cámara está funcionando. Esta característica, la de poder ser intervenida, transforma las webcams en un blanco interesante para atacar a las personas, y al mismo tiempo permite transformar las conexiones de Internet del globo en una suerte de ‘Gran Hermano’ global y simultáneo. Hoy te invitamos a probar un software que te va a permitir tomar decisiones sobre la seguridad de tu cámara.
Uno de los caminos preferidos de quienes intentar tomar control remoto de una computadora y de esta manera vigilar cada detalle es disfrazar el malware que utilizan para esto con funciones de herramientas de administración remota (RAT, por sus siglas en inglés). Luego de incluir estas características sólo resta esperar a que las usuarias lo instalen, para lo que por lo general se recurre a técnicas de ingeniería social, que además suelen dar muy buenos resultados.
Una vez que el paquete está instalado, tenemos acceso a lo que estemos buscando, en este caso puede ser una webcam. Si sos consciente de que el hecho de que -prácticamente- las únicas casas del mundo en las que no existen webcams es en donde viven personas que el estado, la sociedad y el mercado ha decidido ignorar sumiéndolas en la pobreza y la hambruna (y en consecuencia son personas con poca incidencia en la vida de la comunidad en la que malviven), la posibilidad de un ‘Gran Hermano’ unipersonal con estos niveles de penetración, debe dejarnos en claro que todas las luchas que se dan por la privacidad son válidas.
Ahora te sumo un dato: cada vez son más las aplicaciones que solicitan acceso privilegiado a la cámara (incluso los navegadores). Asimismo las webcams incluyen tecnología privativa, que impide que las investigadoras e interesadas puedan determinar si contienen o no software espía y de control social. Lindo panorama, ¿no?
La mejor solución es desactivar la cámara desde la BIOS y cubrirla con cinta. Pero muchas personas tal vez quieran utilizar la cámara que está instalada en su dispositivo y por la que pagaron, por lo que si sos una de ellas, te invitamos a probar Who Stalks My Cam, una suerte de firewall para tu cámara web. El programa de brinda una interfaz que te permite decidir cuáles programas acceden a tu webcam y cuáles no, al mismo tiempo te alerta cuando registra una actividad inusual en ella. En este momento podés interrumpirla inmediatamente de manera total o durante un lapso de tiempo en caso de que el proceso responsable de la actividad sospechosa esté en segundo plano o si se encuentra en la lista de programas habilitados para este tipo de accesos.
Si te interesa resguardarte de este tipo de ataques, probala y contanos tu experiencia.
Link de descarga.