Una carnicería digital atendida por su propio mostro

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Segunda entrega de la charla con una de las figuras más importantes de la provincia en lo que respecta al delivery de felicidad.

Ya sabemos cómo apareció Don Cafre, pero ¿cómo se dio el paso a las redes sociales?

Don Cafre fue de a poquito quitándole protagonismo a la carnicería. Más allá de que la carnicería existía era Don Cafre. Hace unos 3 años, la carnicería empezó a perder ventas, después del aumento grande de la carne, que aumentó mucho en el 2007 con el paro del campo y cayeron mucho las ventas en todo lo que es carnes. La pasamos más o menos mal, porque nos pasamos una semana sin carne, porque no había, estuve dos días con el negocio cerrado. Hace tres años, nos enteramos de que íbamos a ser padres, a eso se le sumó que la carnicería no funcionaba bien, que yo estuve 7 meses sin calle (N. del R: fue porque repavimentaron la calle Jorge A. Calle, lugar donde estaba la carnicería originalmente), la repavimentaron entera. Dejé de ganar plata y perdí mucha pero mucha plata. Me enojé con la carnicería.

Nos enojamos. La familia se enojó con la carnicería y se sumaba un montón de cosas que no quería que me pasaran con Lola (su hija), que a mis viejos le pasaron conmigo. De no poder ir al pediatra, por la carnicería, de no poder ir a un acto de colegio, no poder hacer nada. Yo con mis viejos eso lo sufrí mucho.

Yo amaba jugar al fútbol pero tuve que dejar de jugar porque mis viejos no me podían llevar. Todo eso me hizo enojarme con el negocio y ponerle mucha energía a Don Cafre, al delivery de carne. Publiqué el negocio y a la semana se había vendido, por suerte, aunque no en lo que valía el negocio. Y ya estaba el negocio vendido y estaba contento, pero estaba cagado también. Y me fui un poco con la idea de Don Cafre al frigorífico de mis viejos. Nunca los quise mezclar, el frigorífico se llamaba Los Cafres también, porque mi viejo me copió el nombre, pero la gente tenía muy en claro cuál era la carnicería y cuál era el frigorífico. Me fui a trabajar para allá.

Juan Campos, de a poco se había transformado en una suerte de ayudante de Don Cafre, de mánager del monstruo que estaba transformándose de a poco en el mostro que conocemos hoy.

Don Cafre tiene épocas en que anda muy bien y otras en que no tanto, pero yo sé que hay gente que está esperando a Don Cafre todos los días y lo veo en las redes sociales. Eso me hace bien y me mantiene contento y con ganas de seguir. Mis viejos, por una cuestión de la vida, venden su frigorífico y Don Cafre tenía que estar más que nunca con todas las pilas. Eso fue todo este año.

Y este año la estamos remando mucho, porque todavía no se termina de generar en la gente la costumbre del consumo de carne por Internet. Y más el hombre con el tema del asado. El hombre cuando va a comprar asado es como la mujer cuando va a comprarse unos zapatos. Elige, elige y mira, le dice al carnicero que lo de vuelta. Como las mujeres cuando compran zapatos, que se lo prueban, se los sacan, se los vuelven a probar. He ganado por suerte la confianza, la costumbre de muchos clientes que me compran la carne. (mira a su esposa e hija y dice): Por suerte me aguantan y yo sé que va a funcionar. Y yo tengo muy en claro que puede ser que Don Cafre termine haciendo otra cosa totalmente distinta a lo que está haciendo.

No me gusta que me tuteen, marca de éxito.

(En este momento, quien escribe, se confiesa fan de Don Cafre). Yo lo he visto mucho en su muro. Alguna vez lo vi postear una versión de ¿Y cómo es él? adaptada a Don Cafre, y a mí se me ocurrió terminarla, y armé una versión de toda la canción, la posteé desde mi cuenta personal. Y justo en ese momento me dije “Don Cafre me ganó”. Por lo general en Facebook yo soy una troll, porque no me tomo nada en serio allí, pero esa vez me ganó Don Cafre. Realmente lo que genera con su Facebook es muy importante. No sólo tiene Ud. gente esperando, sino gente cuya empatía ha ganado.

(Belén): Incluso hay gente que se ha hecho amiga a través de Don Cafre.

Juan: conocidos que se hicieron re amigos por comentar posts de Don Cafre. Suponete, entra alguien y lo tutea a Don Cafre, en ese momento saltan todos y le aclaran que a Don Cafre no hay que tutearlo.

(risas)

A Don Cafre no se lo tutea, porque es una persona adulta, que merece un respeto, y además él dice que no le gusta que lo tuteen. Tengo la marca registrada además, No me gusta que me tuteen.

¿Registraste esa frase?

Un amigo me dijo una vez registrá Don Cafre, y registrá la frase por las dudas, y lo hice. A principio de año me mandaron el último mail con el OK de que está todo registrado. Pero esto no deja de ser un emprendimiento comercial.

Es una carnicería con 4200 me gusta en Facebook…

Yo le doy mucho valor. Hay gente que nunca ha puesto un me gusta en ningún comentario, pero yo sé que están. Yo con todo este tiempo los nombres casi me los conozco. A veces he conocido gente, a la que he escuchado, y están hablando de Don Cafre, y cuando hablamos, les pregunto su nombre, y me doy cuenta de que nunca ha posteado nada, pero están hablando de Don Cafre.

Cuando nos quedamos sin calle, estábamos desesperados por vender y saqué un cupón en ClickOn y vendimos 70 asados al 50% en un día. Me llamaban los de CilckOn y me pedían que pusiéramos más asado, pero les dije que no, me estaba desangrando. Tuve la suerte de que eso generara mucho ruido, me hicieron notas de radio y diarios por eso. Y ahí me dije es esto, es Internet, son las redes sociales, y a meterle. Al día de hoy no dejo de ser consciente de que falta, y de que hay algo que a mí también me falta para terminar de redondear todo esto.

¿Alguna vez temiste que te roben en un reparto?

No. Tengo clientes en todos lados y en todos lados aman a Don Cafre. La camioneta duerme afuera, y nunca le ha pasado nada. Pero hay gente que no lo quiere a Don Cafre.

¿Por qué?

Yo creo que es por el tema de que lo que dice Don Cafre debe ser así. Me han denunciado dos veces, me llegaron unas alertas. Fueron dos denuncias de vegetarianos.

(risas)

Sí, reíte. La primera, me llegó un mensaje de un tipo, aparentemente vegetariano. Era muy gracioso, el avatar que tenía puesto era de Hermética, todo rojo, heavy metal. Y me dice no entiendo cómo podés lucrar con esto, con la muerte de animales, yo te voy a denunciar, esto no se hace, está bien que tengas una carnicería, pero no esto.

(risas)

Y hace dos años fue el último. Fuimos a comer un lechoncito. Yo saqué la típica foto del asado y la subí y puse qué lindo que está, qué rico que salió… a los dos días de vuelta. Que no podés subir esa foto, que yo te sigo siempre, pero esto es lo máximo que tolero, me llegó un mail diciendo que tuviera cuidado con los contenidos. Y a eso se le suma gente del barrio con la que nunca tuve afinidad, que hablan mal de Don Cafre, pero lo siguen a Don Cafre. Hablan mal porque en una conversación la última respuesta siempre va a ser de él y si fue tuya es porque él quiso.

¿Qué te gusta y qué no en Facebook y en Twitter?

A twitter no lo quería, pero hoy lo quiero muchísimo. Por que no lo entendía. La gente no es la misma en Twitter. Facebook es más popular, es más del barrio. Funciona mucho la foto en Facebook. Subir un meme y todo eso, está hecho para eso. En Twitter no me daban bola hasta que empecé a cambiar la forma de comunicarme y a interactuar con los twitteros. Por suerte varios me compraron asados, y obviamente les salió rico. Y empezó a recomendar. Y sabemos que lo que hace un twittero grosso lo repiten todos atrás de él. Pero hasta hace un año no me gustaba.

¿Y cómo definirías la interacción que tenés con la gente en cada red social? ¿Hay gente que los siguen en las dos redes?

Sí, hay gente que lo siguen en los dos. Y posteo algo y me contestan en los dos. Eso es fabuloso para mí, poner cualquier cosa y al mismo tiempo que se tomen el trabajo de responder por los dos lados. Como que quieren demostrar que siguen a Don Cafre por los dos lados, que las respuestas a lo que dijo Don Cafre están en todas partes. ¿Me dijiste cómo definiría a la gente?

Y la gente en Facebook yo creo que es más del barrio, más sencilla. Twitter es más irónico, en los comentarios, en la forma de comunicarse, más fuerte, más agresivo, tiene más sarcasmo. La mayoría de la gente en Twitter me tutea. Y el que no me tutea por Twitter es porque me conoce de Facebook y sabe cómo es la movida, más allá de que yo lo pongo como hashtag para que vean que es importante. La diferencia es esa. Twitter es como más elitista y Facebook es el barrio. Yo he visto en Facebook comentarios que sé que ha puesto gente que lo pone porque lo siente. No sé, me peleé con mi novia o con mi hermano en Twitter eso no se pone. Yo sé que lo hacen porque se sienten así. En twitter hablo de política pero en Facebook no. En Facebook hablé un tiempo al principio de política y religión y se armaban unos quilombos bárbaros. Hoy si hago algo político en Facebook lo hago siempre a modo de pregunta, largo el huesito y que la gente haga el ruido.

Don Cafre, foro y compromiso social

Yo soy de las que creen que las carnicerías y paradas de colectivo son una suerte de foro de lo que pasa en la sociedad. Y la verdad me gustó mucho ver que eso pasa con Don Cafre, más allá de que se trate de un emprendimiento comercial, se da que en esta carnicería digital, también hay debate, hay foro, que también tiene objetivos éticos, humanos, sociales.

Sí, yo también. Algo que ha tenido mucha repercusión en la sociedad, yo siempre lo tiro. Porque, más allá de que puedo quedar de un lado o de otro, me gusta decir qué es lo que pienso.

¿Qué te ha pasado con Don Cafre y que te guste mucho?

Lo que más me gusta es que gente por su lado está hablando de asado y cita a Don Cafre como referente del asado. Hacen un asado, le sacan una foto, y se la mandan a Don Cafre. Para que Don Cafre certifique el asado. Y después el calco en los autos. Es increíble la cantidad de autos que hay en los calcos. Yo en una época lo comparé con el de la familia que se puso de moda. Me piden el calco para pegárselo, por lo general en el auto, pero me mandan la foto. Para que yo vea que estoy ahí. Esas cosas cosas que me han parecido las más locas en este grupito de cosas raras. Que un carnicero virtual genere tantas cosas. Creo que lo que ha llevado a todo eso es básicamente haber cambiado el tema del número, de la parte de comprame, comprame, comprame a largarle el humor, de felicidad, de alegría, de tratar de alegrar el día de la gente con lo que sea.

Con palabras o con una imagen. Tiembla y pongo al Cafre corriendo y pongo este soy yo, o poner fotos de famosos hablando de Don Cafre. Me han robado muchas imágenes, cosas que he hecho yo, que me da un poco de bronca, pero al mismo tiempo digo que si me las roban es porque están buenas.

Me da bronca cuando me las roban y no citan la fuente, eso no está bueno. Porque todo lo que yo subo, que me lo han pasado, digo de quién es. Yo te lo muestro, pero no es mío, sino de otra persona. Esas cositas son las que más me alegran, o me dan ganas de seguir. Poner cualquier boludez y que aparezcan 15 jaja, eso para mí es lo más. Pongo de vez en cuando recuerden que vendo asado, no se olviden de que vendo asado, y se cagan de la risa, y tal vez los 10 que se cagaron de la risa nunca me compraron ni nunca me van a comprar. Pero a mí no me importa. Yo siempre valoré eso, el haberle sacado una sonrisa a la gente.

Otra cosa totalmente a parte, Don Cafre me ha dado el poder de poder hacer cosas a beneficio, con cositas que yo hago, una manera de devolver. Hace dos años que estoy juntando tapitas, que en principio era para llevarlas al Noti. Hoy no, porque me enteré que a veces las tapitas se pierden o no llega la plata. Entonces decidí vender las tapitas yo, comprar lo que haga falta y llevar las cosas que necesitan.

Con el tema del calco, la gente quería calcos, yo regalaba, regalaba, regalaba. Hoy lo vendo. Pero con lo que vendo de calcos, lo guardo, y compramos alimentos o cosas para el lugar que vos quieras. Entonces durante un mes o mes y medio, junto la plata, y cuando tenemos la plata compramos digo bueno, hay tanta plata, dónde quieren que lo donemos, la gente sugiere el nombre y los llevamos al lugar, siempre son hogares y comedores. Lo que más éxito tuvo fue juntar juguetes para el día del niño. Llevamos a San Expedito, a un par de colegios de Las Heras, siempre lugares que elige la gente. Esas son cositas que me demuestran el poder que tiene Don Cafre, como carnicero, como humorista que dicen algunos, o como me dijeron una vez, como generador de conciencia. Está bueno saber aprovechar ese poder para algo bueno, y no para una boludez.

Hasta aquí la entrevista con este prócer del asado.

¡Seguí a Don Cafre en Twitter en @DonCafre o en Facebook en su página Oficial!

¡Happy Hacking!

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