He insistido mucho con este tema, espero no cansarte, porque hoy voy a hacerlo de nuevo. Me parece genial que en un celular puedan colocarse cámaras de las características de las que se están montando hoy. Durante años quise comprar una buena cámara fotográfica. El principal problema era el dinero: no tenía un mango y esas cámaras son caras. El asunto es que luego llegaron dos gatitas a mi casa, y con mi compañera nos pasábamos el día lamentando no tener una cámara con la que retratar el compendio de cosas graciosas, simpáticas, risibles y demás que hacían estas dos gatitas a diario. Por lo que hicimos un enorme esfuerzo y compramos una cámara digital, no tan buena como la réflex que queríamos, pero se trataba de un híbrido de algunas características de las réflex con las mejores de una digital.
La cámara tenía ese destino: retratar todo lo que nos parecía “guardable” de esta nueva etapa. Los primeros días fueron geniales, luego ya comenzó a molestar un poco el tiempo que demoraba la cámara en guardar una foto y estar disponible para la siguiente. Luego vimos que nadie tiene suficiente lugar como para guardar tantos gigas de imágenes. Al no tener costo por fotografía (lo que sucedía con el rollo) ni revelar las imágenes, sacamos millones de tomas como si luego verdaderamente fuéramos a dedicar el tiempo que necesita elegir una buena, retocar en caso de que queramos mejorar algo en la imagen y demás.
Esos millones de megas que producimos impunemente después pretendemos hacérselos comer a nuestra computadora: error, tu disco rígido también tiene límites. El asunto es que son muchas las fotos, que además de ocupar lugar, terminan almacenadas en nuestro rígido y las perdemos de vista, hasta que un día las vemos buscando hacer lugar en el disco. Les damos una última vista, y las borramos.
Si me permiten. Es una de las prácticas más estúpidas del universo. Lo bueno es que una buena cámara en el teléfono atenta directamente contra este tipo de fotorafía “molesta” pero barata. Esto es porque la cámara siempre está con nosotras, siempre que tengamos batería está disponible (soy una odiadora de los teléfonos Samsung, pero admiradora de sus cámaras, algo que destaco e invito a experimentar), las fotos además quedan almacenadas “a mano” para poder verlas, mostrarlas, no ocupan el mismo lugar, y además podemos compartirlas y otras cuestiones que, hechas adrede, son geniales.
El asunto es que con una cámara en el bolsillo, tenemos otro problema: todo es fotografiable. Muchas personas disfrutamos de la fotografía, pero no le hemos dedicado tiempo a aprender ni a comprender, pero tampoco vamos a dedicárselo. Es por esto que la app de hoy es de suma utilidad. No se trata de una aplicación que va a resolver las cosas por nosotras al 100%, sino que nos va a ayudar a aprender y tener en cuenta algo muy importante: el encuadre.
Claro, como con cualquier app, podés usarla no para aprender, sino para NO aprender y dejar que ella haga todo el trabajo. Pero se trata de una app que más allá de funciones ya muy difundidas como detección/análisis de rostros, escenas, objetos y líneas, aplica algunos conceptos de la fotografía profesional y artística para luego mostrarte cómo lo está haciendo.
Así es que tenés a tu disposición una tecnología de encuadre y composición que identifica automáticamente los objetos y líneas principales de lo que querés fotografiar, podés tomar una mejor selfie desde tu cámara frontal, podés elegir manualmente cuál será el objetivo y de esta manera decidir tocando la pantalla cuál será la orientación, encuadre, enfoque y exposición de tu foto, elegir múltiples objetos y algo además genial: te avisa cuando hay objetos prominentes que pueden interferir con los límites del encuadre.
Bueno, falta una obviedad: jamás se puede lograr con un celular un laburo como el que se puede hacer con una réflex, pero sí se pueden hacer cosas de las que estar más que satisfechas.
El mal dato es que es una aplicación para celulares equipados con cámaras de alta gama, por lo que sólo unas pocas personas pueden darse tantos gustos, nos alegramos por ellas, al mismo tiempo que pedimos que estos aparatos, que resuelven muchos problemas a la gente, estén a disposición de quien quiera utilizarlos.
Si sos una de las privilegiadas, dale una probadita.
¡Happy Hacking!