¡No mires la cobertura televisiva de Covid-19! (O “redes sociales”; los detalles son diferentes.) Ver la cobertura repetitiva de algo aterrador puede interferir con el pensamiento claro, incluso traumatizar a las personas.
La cobertura televisiva de una crisis tiene dificultades para llenar las 24 horas del día con “información”, a pesar del hecho de que el flujo real de nueva información sobre la crisis no es suficiente para llenar ese tiempo. ¿Qué hacen? Repiten. Presentan detalles tangenciales y menores. Hacen los mismos puntos de diferentes maneras. Apalean con lo obvio y luego, repiten.
Si tu objetivo es estar informada, no necesitás detenerte en la crisis durante horas todos los días. Ni siquiera una hora al día. Informarte de esta manera es una pérdida de tiempo… o peor.
Además, te pondrá cada vez más ansiosa. Alguien que conocí en 2001, que vivía en California, se pasó todo el 11 de septiembre y los días siguientes viendo la cobertura de televisión. Después, vivió temiendo salir a la calle y toparse con aviones terroristas. La televisión hizo posible que se traumatizara por eventos que sucedían a 4800 kilómetros de distancia.
Ese fue un caso inusualmente fuerte. La mayoría de la gente no se traumatizó a ese nivel. Eso no implica que no les haya afectado. Sospecho que la cobertura televisiva puede haber cambiado las percepciones de millones de personas, por lo que sobrestimaron el peligro del terrorismo mientras minimizaban el peligro de las leyes que quitan la libertad. Esto habría allanado el camino para el paso descuidado de la peligrosa Ley USA PAT RIOT y su vigilancia masiva.
En cualquier buen sitio de noticias textuales generales, podés leer lo que realmente querés saber sobre el Covid-19 en 10 o 20 minutos al día. Así no vas a tener problemas en el trabajo ni lavarte el cerebro con pánico.
¡Keep calm and carry on!
Vía Stallman.org