¿Qué aplicación podría destronar a WhatsApp? (y por qué)

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Esto te puede sonar a futurología, de hecho, a mí me lo suena, pero puede no serlo. En Internet todo es efímero, de la misma manera en que WhatsApp se transformó en la aplicación por defecto para mensajería instantánea en smartphones, puede dejar de serlo. WeChat, una app que ha pegado fuerte en otros lugares del globo, cuenta ya con 483 millones de usuarias. ¿Cuántas tiene WhatsApp? Casi 500.

Lo que significa que WeChat está prácticamente rozando los talones de la WhatsApp que no deja de perder usuarias desde que Facebook decidió comprarla y sus fundadoras decidieron venderla. Es muy gracioso lo que pasa con los productos de Zuckerberg. Nadie deja de utilizarlos, pero nadie confía en ellos. Y las usuarias que tiene Zuckerberg son millones, lo que hace que Zuckerberg plantee que un determinado producto tiene el «respaldo de Facebook» y eso sea algo que no vale nada para las usuarias.

Facebook se ha mostrado en muchísimas ocasiones como una empresa que no tiene problemas en alquilarte a su mamá porque es más rentable que venderla, que no tiene empacho en vender todos tus datos (ni los de tus contactos), podría enumerar más, pero sería redundante: si algo no tiene Facebook es un comportamiento ético para con sus usuarias. Esto hace que a las usuarias el «respaldo de Facebook» les resulte primero un peligro, luego un desaire y al final una garantía de que si algo falla, nadie se hará responsable ni mucho menos las ayudará a resolverlo.

Situación que comenzó a ser notoria y con el tiempo habitual luego de que Zuckerberg comprara la app de mensajería por excelencia. El chico de las redes antisociales compró la empresa y subieron casi instantáneamente las usuarias de SnapChat y Telegram, dos apps que se caracterizan justamente por la privacidad y la seguridad de sus usuarias.

Hoy WeChat crece a pasos verdaderamente grandes, al punto de que está cercana a igualar el número ostentado por WhatsApp.

¿Por qué?

Fundamentalmente porque WeChat es utilizada en China, y como todas sabemos, las chinas son muchas. Cualquier cosa que se viralice allá, es a escala sideral, y si la cosa se te filtra desde China a todo Asia estás frita: se calcula que sólo China equivale en cantidad de usuarias a la sumatoria del mercado americano y europeo. Cuando tu objetivo no es servir a tus usuarias sino cotizar en bolsa, perder el dominio del mercado significa perder mucho dinero.

De igual manera el asiático es un sector donde lo que prima no es la comunicación sino el espionaje, y tal vez algo de eso influya en la decisión de las chinas, que tampoco están 100% exentas del trackeo en sus celulares, pues hace pocos días su gobierno exigió a WeChat que obligue a sus usuarias a identificarse con el objetivo de individualizar y lograr un mejor control.

Desde aquí deseamos que primero caiga WhatsApp, con ello Facebook y que el golpe sea tan estrepitoso que termine por tirar todos los monopolios, al punto de que nadie vuelva a confiar en los mercados y las usuarias podamos dedicarnos a usar una app sin temor a que ésta escudriñe nuestros excrementos. ¡Ey monopolios! ¡Somos usuarias y queremos se tratadas como tales!

Habrá que ver qué movimientos toma la empresa de Zuckerberg, quien ha sabido derrotar con simpleza a sus rivales. Un caso que verdaderamente es paradigmático es el del chat de Facebook, que fue a parar allí con el claro objetivo de destronar al MSN de Micro$oft, que llevaba ya mucho años y parecía invencible. Pero a Zuckerberg se le ocurrió meter un chat a su red antisocial y un año después MSN -que había pasado a llamarse Window$ Live- ya no existía.

¡Ah!¿Querés probar WeChat? Dale una probadita.

¡Happy Hacking!

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