Si compartís tu cuenta de Spotify están a punto de cerrártela

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Spotify está profundizando su esquema de control y propietarización de la cultura, algo que en caso de que seas usuaria podría dejarte sin acceso a tu cuenta. Compartir nuestros datos de logueo con familiares y amigas aparece como un derecho propio, lo mismo que pagar la cuenta del cable o de la conexión de Internet: la compartís con quien quieras y es tu decisión hacerlo. Esto ha hecho que muchas personas tengan cuentas familiares, algo que sucede con otros servicios como Netflix además de con todos los tradicionales. La razón es lógica: resulta más económico para quienes ponen el dinero. EL asunto es que a Spotify se le antoja determinar con quiénes podés compartir tu acceso y con quienes no. Un ridículo total: imaginate que empresas como Telefónica te cierren la cuenta si le das la contraseña de tu WiFi a una amiga que te está visitando. Bueno, lo de Spotify es así y es una razón para dejar de utilizarla, aunque la mejor razón para hacer esto es no permitir que una empresa decida, sin consultarnos, con quiénes compartimos los servicios que contratamos. Imaginate la empresa de gas cortándote la calefacción cuando recibís visitas. Un hecho tan autoritario como nefasto.

Así como dice antes: Spotify comenzó una campaña con la que pretende cumplir una de las cláusulas de su servicio Premium Familiar: que todas las integrantes del plan, que son seis com máximo, convivan en el mismo domicilio. ¿Qué significa? Que si te visita una amiga te quedás sin calefacción. En caso de que no lo hagas de esta manera tu cuenta Premium Familiar se transformará en una gratuita sin que la administradora del plan pueda hacer nada al respecto.

Claro esto es algo que puede evitarse incluyendo información falsa, pero… ¿por qué deberíamos las usuarias tener que falsear nuestra información sólo para que una corporación no cierre una cuenta? Se trata de una intromisión y un hecho de craso autoritarismo. Miles de usuarias de todo el globo están reportando su expulsión de la cuenta Premium y denunciando que su cuenta fue transformada forzosamente en cuenta gratuita (a pesar de que ellas pagaron), lo que hizo que sus privilegios de música ilimitada y sin publicidad ya no existían. Como si fuera poco, las listas sin conexión descargadas en el móvil se pierden.

El asunto es que ni siquiera te avisan:luego de que decidieron estafarte aduciendo que violaste términos y condiciones que son ilegales a todas luces, no te llegará ningún tipo de notificación, sólo verás que tu cuenta familiar ahora tiene las características de una gratuita. Esta maniobra siempre estuvo ahí, clavada entre sus términos y condiciones, un lugar donde las corporaciones ponen contenido sin consultarnos y además esperando que no las leamos. A pesar de que esta situación siempre estuvo planteada en los términos y condiciones, la corporación que está secuestrando la música de la web nunca lo hizo cumplir hasta ahora. Esta es una situación que se va a ir dando alrededor del globo, por lo que es bueno apurarse y cambiar los domicilios que hayas señalado y otras maniobras a los efectos de no perder nuestras cuentas y resistir tan arbitraria imposición. ¿Cómo cambiar el domicilio? Tenés que contactarte con el soporte técnico de la empresa.

¿Qué pasa con otros servicios?

En otros servicios de streaming musical la cosa es variopinta. En Deezer las condiciones son las mismas: para Premium+ tenés que tener el mismo domicilio, en Google Play Music los grupos de hasta 6 cuentas deben residir en el mismo país y en Apple Music, contrario a lo que cualquiera esperaría, no es necesario compartir domicilio ni país ya que todas las compras -suscripción incluida- se pueden compartir entre las integrantes del grupo registrado como ‘Familia’.

¿Te quedaste sin cuenta? Lo mejor que podés hacer es ir a la oficina de defensa de la consumidora y reclamar. Demandarlas, dejar de usuarias y ponerte a subir a la red toda la cultura que puedas. Necesitamos crear un Spotify popular, algo que puede sonar extraño, pero existió: se llamaba Grooveshark y casualmente cerró producto de una asfixia judicial en los días en que Spotify explotó en el mundo. Extraña coincidencia.

¡A desprivatizar!

¡Happy Hacking!

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