No perdimos el control, nos lo robaron

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La web que tenemos no fue quebrada por Google y Facebook. Las ‘agricultoras de la gente’ están cosechando los frutos de sus violaciones a nuestras vidas contando billones de dólares en ganancias al año. ¿Cómo pueden ser nuestras aliadas?

Para festejar el cumpleaños número 28 de la World Wide Web, su inventora Tim Berners-Lee escribió una carta abierta identificando las tres ‘tendencias’ que le han generado preocupación en los últimos 12 meses:

1. Perdimos el control de nuestros datos personales.

2. Es muy fácil difundir datos incorrectos o falsos en la web.

3. La publicidad política online necesita transparencia y comprensión.

Es importante notar que estas no son tendencias y que han sido parte de este entramado durante más de 12 meses. Son síntomas que están inextrincablemente liados al núcleo de la naturaleza de la red como existe entre el sistema socio-tecnológico más grande bajo el que vivimos actualmente y que llamamos Capitalismo de Vigilancia.

Estos síntomas son resultados de la retroalimentación entre la acumulación de información y la acumulación de capital que nos ha dejado con una oligarquía de plataformas monopólicas que filtran, manipulan y explotan nuestras experiencias de todos los días.

No perdimos el control, nos lo robaron

Tim dice que ‘hemos perdido el control de nuestros datos personales’, esto no es del todo preciso. No perdimos el control, nos fue robado por Silicon Valley. Te lo roban todos los días las cultivadoras de personas, las Googles y Facebooks del mundo. Te lo roban utilizando una industria de corredoras de datos, las tecnologías de la industria de la publicidad conductual, y una larga lista de startups de Silicon Valley hambrientas del éxito de las jugadoras más establecidas o buscando competir con ellas para tener una tajada de vos.

Tim toca el núcleo del problema en su post: ‘El modelo de negocios actual de muchos sitios web ofrece contenido gratuito a pagar con tus datos personales’. Sin embargo, no nos dan ejemplos, ni nombres, ni se culpa a nadie.

Las elefantas en la habitación -Google y Facebook- permanecen paradas silenciosamente en las esquinas, sin ser mencionadas salvo como aliadas en su carta en la que se las retrata combatiendo el problema de la desinformación. ¿Es acaso una tontería esperar algo más de ellas cuando Google es una de las mayores contribuyentes a los estándares web recientes en la W3C siendo incluso dos de las financistas de la Fundación?

Las cultivadoras de personas no son nuestras aliadas. Permítanme decirlo claramente: Google y Facebook no son aliadas de nuestra lucha por un futuro equitativo, son las enemigas.

Estos monopolios de plataformas son granjas industriales para seres humanas. Si como afirma Tim, el principal desafío para la web actual es combatir la agricultura de personas. Y si sabemos quiénes son ¿no deberíamos estar regulándolas firmemente para limitar sus abusos?

La web, como el Capitalismo de Vigilancia mismo, han tenido un éxito espectacular. ¿Presionará la Fundación Web para una regulación férrea de la recolección, retención y uso de datos de las personas bajo los caprichos de Google y Facebook? ¿Presionarán para que la regulación impida la privatización de los datos del mundo en búsqueda del bien común? Tendrán la fortaleza -que tanto necesitamos hoy- para culpar a las culpables y poner un freno a los abusos cotidianos de nuestros derechos humanos que perpetran las socias de la W3C y la propia Fundación Web? ¿O es un absurdo esperar ese tipo de acciones de una organización que está tan estrechamente entrelazada con las mismas corporaciones que no pueden ser tachadas de independientes bajo ninguna de las acepciones de la palabra?

La web no está rota, la perdimos.
La web está perdida, pero no está rota. Es una distinción crucial.

La web, como el Capitalismo de Vigilancia mismo, ha triunfado espectacular mente y está funcionando perfectamente para las corporaciones. Sin embargo, está perdida para nosotras como individuos.

Google, Facebook y otras de las unicornios de varios billones de dólares son historias de éxito del Capitalismo de Vigilancia. El Capitalismo de Vigilancia es un sistema donde, al igual que el cáncer, el éxito es medido por la capacidad de crecimiento rápido e infinito dentro de un contexto de recursos finitos. Y como el cáncer es el estado más exitoso de todos, el éxito del Capitalismo de Vigilancia está a punto de destruir a sus anfitrionas. Y más allá, también como el cáncer, no hará esto sin antes robarnos nuestro bienestar y nuestra libertad como individuos. Somos simplemente el ganado que se cultiva. Una fuente interminable de materia prima.

Google y Facebook no rompieron la web. Las cultivadoras de personas están están cosechando las recompensas de sus violaciones a nuestras vidas bajo la melodía de decenas de billones cada año. ¿Cómo pueden se nuestras aliadas?

Tim sugiere que ‘debemos trabajar juntas con las compañías web para balancear el nivel de control de datos hacia las manos de la gente’.

¿Hay algo más naïve que sugerir que podemos trabajar juntas con las mismas compañías que explotan la web más exitosamente esforzándose duramente en reducir sus beneficios? ¿Cuál sería el motivo por el que Google o Facebook arreglarían la web que tenemos cuando ellas no la rompieron? Ninguno. Para nadie.

Tim dice que ‘nos han llevado a construir la web que tenemos y tenemos que luchar para construir la web que queremos’.

No estoy de acuerdo.

Está tomando a Silicon Valley -subvencionada por el capital de riesgo que sigue el modelo de negocios de la agricultura de personas- para construir la web que tenemos.

Y ahora depende de nosotras, aquellas que no tenemos vínculos con esas compañías, aquellas que no nos acostamos ni somos esponsoreadas por las compañías, aquellas que no entendemos que el Big Data es nuestro Gran Tabaco, presionar para regulaciones más estrictas y paliar los abusos de las cultivadoras de personas y construir un puente entre la web que tenemos y la web que queremos. Desde el Capitalismo de Vigilancia al mundo de la soberanía individual y el patrimonio común saludable.

Link a la nota original (en inglés)

Traducción de Pablo Lozano

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