Aunque pareciera que seguridad está dirigida por un mono y se asome como una mala fantasía de la más delirante de las dictadoras tecnológicas, la policía de Mendoza detuvo e investigó biométricamente a las ciudadanas durante la semana pasada, algo que presumiblemente siga sucediendo en el marco de represión que vive el país en estos momentos, especialmente en Mendoza. El concepto es simple: todas somos culpables y debemos probar nuestra inocencia. La libertad y la presunción de inocencia siguen estando vigentes, pero la policía está tomando datos biométricos de las personas para identificarlas, todo en el marco de un recrudecimiento de la criminalización de la pobreza y la persecución biológica de las personas.
La decisión viene nada más y nada menos que de las manos de Alfredo Cornejo, otrora paladín de la modernidad, eficiencia y de cercanía al progresismo, co-autora de las alianzas que dejaron a Julio Cobos en la Vicepresidencia de la Nación y una de las principales responsables de que Macri actualmente esté destruyendo a nuestro país: sin la participación del radicalismo mendocino -depositado en las nefastas figuras de Cornejo y Sanz- la actual presidente de Argentina no podría haber aumentado la pobreza y la indigencia, la inflación, devaluado, abierto las fronteras a fondos buitre, reprimido docentes, asesinado niñas, morigerado la soberanía derogando la legislación que protegía al país de la sobreventa a extranjeras, degradado los salarios, despedido a miles de personas, dejado a las jubiladas sin medicamentos, destruido el plan Conectar Igualdad -e inutilizando la friolera de 5 millones de netbooks en las que invirtió el estado-, dejado sin efecto los artículos más importantes de la ley de servicios de comunicación audiovisual (que ponía un freno a la concentración mediática), implantado un ítem que vulneró los derechos de los docentes al punto de cobrar a quienes protesten, desfinanciado el cine nacional, arriesgado la investigación y el conocimiento en el país, ni ninguna otra de las joyitas con que actualmente estos pésimos ejemplos de personas lasceran la espalda de millones de argentinas.
¿De qué se trata la biometría? Es una discriplina dedicada a desarrollar técnicas que permitan medir y analizar una serie de parámetros físicos que identifican a una persona. Así como Lombroso planteaba en el siglo XIX que la criminalidad de una persona está relacionada con su forma, causas físicas y biológicas, la gestión de Alfredo Cornejo y Mauricio Macri -liderada en seguridad por una ministra acusada por usuarias de redes sociales, públicamente, de alcohólica y drogadicta, además de que cayó en las más estúpidas técnicas de phishing, siendo ministra de Seguridad de la Nación- está utilizando el plan SIBIOS -sistema de información biométrica- para perseguir a las personas con su propio cuerpo. Los datos más utilizados en esta técnica de persecución sistemática son la huella dactilar y el iris del ojo. Sobre la penúltima, hay que decir que se demostró a nivel global que la huella dactilar no es única, que sufre transformaciones y estos cambios pueden arrojar enormes mantos de dudas sobre la identidad de una persona, es por esto que se comenzaron estudios sobre el iris, pero hasta tanto suceda, la gente que se encarga de reprimir y encarcelar acepta como válidas las mediciones que científicamente se consideran inválidas por tener tan craso márgen de error. Agregar además que SIBIOS plantea el entrecruzamiento de toda la información que tiene sobre vos el estado, entre ellas tu historia clínica, tu rutina de movimientos cotidianos -tomada con la tarjeta SUBE-, información tributaria, prontuario y cuanta otra información exista. Facebook, por ejemplo, obtiene un altísimo porcentaje de la información con que vende personas de acciones como el ‘me gusta’, imaginate lo que se puede determinar entrecruzando datos más precisos y profundos que un click. Pensarás que no hay riesgo, total la ministra a cargo suele mostrarse como una inoperante y ha dicho que requerirá que toda la población se extraiga muestras de ADN para poder contar con un banco para perseguir a las personas genéticamente (algo que habría hecho sonrojar a Josef Mengele), pero lo cierto es que este sistema fue hecho por otras personas -que sí saben hacer su trabajo- y ella, al igual que la gestión Macri-Cornejo, sólo se dedica a aplicarlo.
El estado ha estado recabando información tuya desde siempre, pero ahora tu cuerpo, tu forma y todo lo que te hace única es utilizado en tu contra. No se trata de tu identidad, estás caminando con tu prontuario. Los datos biométricos están siendo recolectados ante cualquier movimiento que requiera renovar documentación. Si sacás el DNI o iniciás ciertos trámites ante la AFIP (y otras dependencias como el carnet de conducir y afines), la máquina que toma tu imagen retrata con precisión todo lo que te configura en vos misma. Se trata de la misma gestión que encarceló a la hacker que denunció y demostró las fallas de seguridad y la adulteración del voto electrónico en su puesta a prueba en Ciudad de Buenos Aires, ahora, con ese precedente de haber vendido la democracia a una empresa con capacidad de definir qué gobierno tienen esas ciudadanas, se dedica a licuar toda la información que el estado es capaz de obtener. Imaginate lo contenta que habría estado la última dictadura cívico militar con este tipo de tecnología.
En el vídeo además, se escucha clarito a la oficial que espía el cuerpo de las personas decir ‘ya está desocupado’, clara muestra de que la policía toma a las ciudadanas como cosas y en ese momento consideraba que estaba ‘ocupando’ a una ciudadana víctima de este tipo de intromisiones.
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Por el momento la única forma de zafar de esta persecución es aportando información falsa, ya que los datos son requeridos aunque se trate de una intromisión ilegal del estado dentro de tu cuerpo, por lo que lo mejor es, aunque duela, tomar algunas precauciones que permitan modificar tu huella digital de forma permanente para evitar que un gobierno se meta adentro tuyo para determinar si te acusará o no de delincuente. En esta situación en que tenemos una justicia sedienta de oficialismo, no podemos arriesgarnos a que intenten verificar el correcto funcionamiento de su sistema arriesgando una causa en nuestra contra.
No seamos conejillas de india de estas pichonas de fascista.
¡Happy Hacking!