Cuando enterraron a Evita; mi abuela, una curtida ferroviaria; me dijo “¡necesitaron poner una placa de acero sobre ella para asegurarse que no saldría del agujero!, lo que no saben que ella nunca entró allí!” y reía a carcajadas. Se refería al miedo que despertaba Eva, Evita, La Señora, La Puta; en las clases acomodadas. Durante décadas leí libros sobre Eva y pude palpar ese miedo, ese odio de clase; pero nunca lo había conocido. Hasta ahora.
Desde que el gobierno de la presidenta Macri ; llegó al poder, los hechos de corrupción propios como el Panamá Papers, las obreras esclavas de la 1º Dama, las joyas de la vicepresidenta y el dinero fantasma que le robaron de su departamento; entre muchos otros que se equiparan con los tirados por los medios; los bolsos de López, el dinero invisible de Báez enterrado en algún lugar secreto, el fraude del Kit Qunita. Por un lado nada se comprueba y por el otro lado se esmeran en ocultar.
El juego de revanchismo es perverso.
Pero; lo decretado por la Juez Bonadio es algo que no esperaba. Ordenar la quema de los dos elementos más importantes del Kit Qunita, sólo para confirmar que el gobierno anterior se equivocó y poner en riesgo la vida de 60.000 niñas argentinas, no tiene parangón.
Incluso se le ha pedido a través de la Fiscal Eduardo Taiano que se reacondicionen las cunas y la bolsita de dormir; lo que sólo sería necesario en las cunitas que fueron realizadas por proveedoras distintas a Fibromad, ya que el Informe del INTI dice que las cunitas realizadas por esta proveedora superaron todas las pruebas de calidad y poseían todos los requisitos de seguridad establecidos por las normas de certificación europea que tomó el INTI de parámetro ya que en Argentina no existe ningún protocolo de certificación de cunas. En tanto; la bolsita de dormir hace más de 40 años que es usada para sus bebés en países como Francia, España, Estados Unidos, Australia, Finlandia, Alemania; y no hay en estos países, ni en el nuestro un sólo caso de muerte por asfixia mecánica. La prestigiosa neonatologa Alejandro Jenick que elaboró el informe en el que se basa Bonadío dice que hay riesgo, pero no da certezas, aparte propone solucionar esos defectos con pautas precisas y ante la consulta de si concuerda con la decisión de la Juez dice:“Hay que sacarle a la discusión toda implicancia política”, le dijo a Página/12.
El problema de la bolsa de dormir según Jelik y la Sociedad Argentina de Pediatría es sólo el diámetro del cuello o sea un problema de talle solucionable por cualquier costurera y que puede definirse desde la misma SAP o cualquiera de las prestigiosas Universidades Públicas Argentinas.
En el mismo matutino de la cita anterior, podemos leer la drástica definición de la ex Ministra de Salud Daniel Gollán; “Mandan a quemar moisés tal como la Libertadora destruyó los pulmotores de la fundación Eva Perón un año antes de la epidemia de poliomielitis”.
Esto es el revanchismo de las clases acomodadas, sobre las clases excluidas. El concepto es el que varias veces hemos denunciado desde este espacio. Las clases pobres no pueden tener, para tener tenés que tener con que pagarlo.
Esto es la economía de mercado. El Plan Qunita aunque podamos decir faltaba esto o aquello se encolumnaba en una economía de distribución, con fuerte contenido social.
Este Plan era parte de una batería de políticas que habían iniciado en 2003, con una fuerte asociación de la Nación y los estados provinciales llevando la mortalidad infantil de 16,5 por mil a 10 por mil nacidas vivas y de 4,5 por diez mil a 3,9 por diez mil en las madres. Sí, aún tenemos mujeres que mueren dando a luz por causas evitables y que mayormente tienen que ver con el no acceso a la salud, la alimentación y la información. Estas tres cosas fueron abarcadas por el gobierno que durante más de una década nos gobernó; muchas estábamos disconformes por su tibieza, su falta de profundidad, su asociación a las mismas multinacionales que hoy se regodean en las retenciones que les fueron eliminadas. Pero; igual fue un gobierno progresista que otorgó derechos a muchas, que hoy vemos retroceder y que nos son arrancados porque según Macri y Cía, no son sustentables.
En Argentina, en el año 2013,se registraron 275 defunciones de niñas de 1 año por síndrome de muerte súbita infantil. Estudios de las Asociaciones Pediátricas Internacionales dicen que el 50% de estas muertes se relaciona con el no tener espacio propio para dormir; o sea que este plan podría haber evitado las 138 muertes.
Incluso se opuso que se embalaban con material plástico, que podía asfixiar a la recién nacida; este material podría sólo retirarse y dejar la caja de cartón. Pero en todo caso, mis queridas lectoras ¿ustedes creen que una madre recibe un Kit como éste y lo tapa con la bolsa de plástico?
Por eso tal vez haya dejado las palabras de la Dra Gabriela Bauer para el final; tal vez una simple inocencia de mi parte:
“Las 3 medidas más efectivas son que la bebé duerma boca arriba, que esté en una cuna y no con otras personas que puedan generarle aplastamiento y que esté tapada con un saquito que se disponga por debajo de los hombros, para que no se le cubra la carita y la bebita deje de respirar.”
“Se recibieron 20mil llamados donde sólo hubo mensajes de gratitud o dudas de cómo armarlas. No hubo ningún reporte de ningún evento serio y menos de lesiones”.
Tal vez sea sólo cuestión de por una vez pensar en el futuro y no dejar que desamparen a nuestras hijas. Para que éste no sea el País de las Hijas de Puta.