Muchas creen que el reconocimiento facial es algo bueno, otras que es algo inocuo. Son conocidas las historias de personal policial utilizando los sistemas de vigilancia para violar los derechos de las personas. La policía se caracteriza por sus prácticas vejatorias y sus repugnantes niveles de corrupción. Algunas dirán que no todas las policías son iguales, y tienen razón, hay algunas que no cometen delitos en contra de la sociedad, pero esas pseudo policías honestas, son policías que NO denuncian a sus compañeras delincuentes, por lo que el consuelo de la policía honesta no existe: la integrante menos corrupta de esa fuerza es en el mejor de los casos cómplice y no autora de las vejaciones que perpetran sus compañeras. Si a ese combo de males inherentes a la fuerza represiva (porque de seguridad no tiene nada) le sumamos un gobierno autócrata y persecutorio, que coloca una ministra como Bullrich -responsable, al igual que Macri, de la desaparición forzada y posterior muerte de Santiago Maldonado, que para desgracia nuestra es sólo una de las víctimas que pueden contarse- tenemos un cóctel de represión y persecución por demás preocupante.
El Sistema de Información Biométrica, lanzado durante el kirchnerismo, profundizado por el macrismo (que además lo está ampliando y arroja situaciones como la persecución de los cuerpos que lleva adelante el gobierno de Alfredo Cornejo), busca entrecruzar toda la información que puede recabarse de una persona. Tiene varios ‘módulos’: cámaras y micrófonos son los más inferibles, pero se le suma nuestra información médica (obtenida de hospitales públicos), nuestros movimientos (la tarjeta SUBE y los controles policiales son sólo dos formas de obtenerlos), nuestros consumos y conductas digitales (que el gobierno puede comprar a empresas como Google), entre los que se suman otras formas de biometría más conocidas, como las huellas dactilares y afines.
Hoy no te mostramos el funcionamiento de SIBIOS, pero sí lo hacemos de su homólogo chino: Sense, una tecnología utilizada como plataforma de vigilancia que se muestra realmente brutal. La directora del Instituto de Aprendizaje Profundo de Baidu, Lin Yuanqing, informó que existe una base de datos que mantiene y controla el gobierno chino. Básicamente cualquier persona con un DNI moderno forma parte de esa base de datos (por eso es que ahora te hacen ir a dar tus datos biométricos, por ejemplo, en la AFIP). No se trata de una moda pasajera ni novedosa: varias empresas ya utilizan la biometría (como el reconocimiento facial o del iris) para controlar los ingresos a edificios, retirar dinero de cajeros automáticos y hasta sugerir almuerzos en restaurantes de comida rápida. Si tenés alguna duda, mirá este video:
[youtube width=”602″ height=”350″ video_id=”aE1kA0Jy0Xg”]
¿Viste los colores? Te cuento: la gente que está detenida o se mueve a baja velocidad está marcada en amarillo, las que se desplazan más rápido (en bicicleta o moto) están marcadas en rosa, las demás en azul. Se trata de la captura de un conteo en tiempo real. Este tipo de herramientas no sólo significan un riesgo para las ciudadanas de parte de la gestión de un estado, sino que además, las delincuentes a las que da trabajo ese estado (como las policías violadoras o asesinas) pueden utilizarlas bajo su propio criterio y con el fin que quieran (verte en la calle, obtener tu información del sistema SIBIOS y buscarte para violarte, asesinarte o complicarte la vida de la forma que les plazca para luego gozar de impunidad, como sucede en Argentina).
Es obvio que nadie va a vender algo comentando las características que te cuento más arriba. Lo engalanan y nos dicen que eso nos da seguridad (cuando la única seguridad que da es ver cuándo y cómo se cometió un delito, no se soluciona ningún problema de la sociedad con esto, se pierden libertades y se va el presupuesto a los bolsillos de las socias de gobiernos como el actual). Así, el reconocimiento facial permite que desbloquees tu teléfono (y se usa para crear una red privada mundial de reconocimiento facial), realizar compras y no tener que abrir puertas, servicios que jamás pagarías con tu identidad ni tu libertad.
El gobierno de Macri y sus secuaces de Cambiemos es conocido por acosar y perseguir. El ejemplo de la condena a prisión e inhabilitación para ejercer cargos para Moreno es un ejemplo: el estado compró cotillón y por eso Moreno va preso. ¿Qué objetivo persiguen? Dicen que luchar contra la corrupción, pero este fallo alcanzaría las próximas elecciones, por lo que se trata de una clara proscripción enmascarada en esa compra, algo que al mismo tiempo enrarece la gestión pública, ya que por ejemplo, con ese criterio podrían encarcelar a una funcionaria por comprar camionetas de un color que no le gusten al grupo Clarin.
En fin, la realidad supera a la ficción. Cuando veas una cámara en la calle, sabé que te están regalando miedo para venderte seguridad y que, como hemos visto desde que los gobiernos nos registran, en el mejor de los casos (y si funciona la cámara), detrás hay una policía que probablemente dedique más tiempo a mirar piernas y escotes que a prevenir el delito.
¡Happy Hacking!