En Holanda reemplazan docentes con iPads

Steve Jobs laughing

Pronto sucederá que las estudiantes dejarán de tener un profesor humana. En Holanda abrirán 11 colegios «Steve Jobs» basados en iPads.

En Argentina mientras sigan pagando sueldos de hambre a las trabajadoras alguna vez nos quedaremos sin profesores, pero en Holanda directamente están comenzando a reemplazarlas por tabletas informáticas: iPads.

Nueve años atrás esto fue pronosticado por el hacker argentino Diego Saravia, quien antes de que se implementara en nuestro país el Plan Conectar Igualdad, olfateó que el proyecto disparador de toda esta invasión informática en las aulas (OLPC) pretendía quitar poder a los profesores y, en última instancia, eliminar la escuela:

«Cada vez me suena más en mi cabeza que el ‘plan MIT’ de la OLPC tiene por detras ‘un proyecto educativo’, sería un proyecto de autoaprendizaje, es decir, generar un mecanismo de «educación», sin maestros, donde las niñas pobres aprendan solas usando las TIC. Alguien tiene opiniones, documentos o conocimiento sobre esto.? asi se terminaría definitivamente con el modelo de ESCUELA y se lo reemplaza por una escolaridad virtual.»

En nuestro país hay un gran desarrollo sindical producto de varias décadas de luchas docentes para mejorar la calidad de vida de las trabajadoras, sin embargo los docentes podrían desaparecer de un plumazo si las condiciones políticas básicas estuvieran dadas, tal como durante el menemismo desapareció gran parte del movimiento obrero industrial.

Volviendo a Holanda, Spiegel nos cuenta que las clases se darán por medio de softwares que incorporan animaciones y juegos para que las «alumnas» («sin luz») estén más cómodas y más motivadas. Yo me pregunto: ¿es la comodidad un valor social positivo? ¿O acaso se acerca al conformismo? ¿Qué cosa buena puede surgir de la comodidad?

Claro ¿cómo podría tener impaciencia un software? No tendría sentido. Luego, existen detalles por los cuales las madres tendrán cierta participación, cada seis semanas harán una conferencia virtual por Skype (¡ojo con verse en vivo, es pecado!) con los profesores que queden aún en pie y con las administradoras para decidir cuáles serán los siguientes objetivos a lograr y qué camino deberá tomar la educación de sus hijas. En determinados casos excepcionales, un profesor dirigirá una clase grupal.

El tema de las tabletas informáticas viene ligado a la idea de un colegio que «nunca cierra» (salvo en navidad y año nuevo), está abierto desde las 7:30 a las 18:30 en un esquema por el cual las estudiantes deben permanecer entre las 10:30 y las 15hs, pero pueden entrar y salir en cualquier otro momento mientras las puertas del colegio estén abiertas. También, claro está, continuarán realizando tareas en casa.

Dicen que es positivo el hecho de que las madres deberán estar más atentas sobre lo que las hijas aprenden dado que no habrá un profesor que las obligue a hacer algo, así es que las chicas podrán elegir qué clase les llama más la atención y, si se cansan, nadie las retará por jugar Angry Birds de vez en cuando.

Pero detrás de todo este optimismo innovador pro-informático se esconden algunas oscuridades que pueden pasar desapercibidas, por ejemplo, las tabletas iPads funcionan mayormente con software privativo y en base a un esquema de negocio, con lo cual las usuarias no tienen casi control sobre las mismas, de hecho se transforman en consumidoras de un producto de una empresa, una marca, una ideología. No deja de ser una forma de esclavitud ideológica, uno debería cuestionarse ¿y por qué tienen que aprender con tabletas? ¿No sería mejor aprender con una gran biblioteca actualizada, algunas computadoras desparramadas por ahí con software libre, y algunos profesores que enseñen con amor y pasión las temáticas que más les interesan?

Probablemente esta gente tenga razón al decir que el clásico profesor de tiza y pizarrón está preparando a los chicos para un mundo que ya no existe, pero endiosar un sistema informático por encima de tantas otras riquezas que supone un proceso educativo parece, al menos, producto de mentes faltas de luz.

Si tenemos en cuenta que Internet está bajo el control del gobierno de los EEUU, estamos a un paso de decir que los colegios de cualquier país que basen su educación en la informática estarán de algún modo bajo el control del mismo gobierno, más aún si el software utilizado es privativo y no libre.

Salir de la versión móvil