Los virus son programas que funcionan solos y de una determinada manera. Cuando una programa algo, lo hace para un determinado entorno. Cuanto menos permisos deba obtener el virus de un determinado entorno, mejor funcionará.
Esto pasa con los virus, los troyanos, el malware, los spybots y todo lo que se te ocurra.
En Windows hay muchos virus primero porque muchas personas lo utilizan, pero segundo -y fundamental- porque los sistemas son muy inseguros, la usuaria por defecto tiene permisos de administradora y esto hace que todo lo que se ejecute por defecto tenga repercusiones en el sistema operativo en general.
Las nuevas versiones de Windows solicitan, frente a algunos casos, que se autorice una determinada acción, pero esto fue superado desde que a Microsoft se le cayó esta idea con algo muy simple: el virus solicita permisos de ejecución. Tremendo sistema de seguridad ¿no?
Es algo similar a esta charla:
- Guardia: “¡Dígame el santo y seña o la fusilo!”
- Visitante: “este… mire, me lo olvidé, pero tengo el mismo uniforme que Ud, ¿ve? eso le prueba que somos de la misma fuerza, me lo repite?”
- Guardia: “¡Tiene razón! ¡El santo y seña es arreglofloral! ¡Dígame el santo y seña!”
- Visitante:”¡Señora! es arreglofloral ¡señora!”
- Guardia: “¡Bienvenida!”
Como Windows está hecho para que no pienses y le des aceptar a todo lo que te sale -sin ni siquiera leer de qué se trata, porque es “difícil”- los virus te piden permiso para instalarse y le das “ok”, porque… la verdad esas ventanas molestan.
Existen virus para GNU/Linux, pero no sólo son muy pocos, sino que duran muy poco tiempo -unas 24 hs- y además es muy difícil infectarte.
Esto se debe a que todos los GNU/Linux son diferentes entre sí y que se trata de un sistema seguro, debido a que el mismo entorno del sistema operativo es muy complejo para programas que funcionan y copian automáticamente, y que para funcionar de esta forma hay que dar una enorme cantidad de pasos, que serán también infructuosos, porque el virus ya no funcionará para la próxima actualización del sistema operativo, por lo que es mucho esfuerzo para pocos triunfos.
Ahora, esto vale la pena si tu objetivo es infectar una central de bombas atómicas. Por eso se dice que existen virus para GNU/Linux.
Por otro lado GNU/Linux tiene una sóla usuaria con permisos de administradora totales, que se llama “root” (raíz). En la mayoría de las versiones por defecto esta usuaria no se puede utilizar en modo gráfico, lo que hace que sean muy pocas las que son vulnerables porque no utilizan esta usuaria, salvo que modifiques la configuración para esto, igualmente el sistema te advierte que no es seguro navegar por internet o utilizar la PC como root, justamente porque el sistema se torna vulnerable.
GNU/Linux no es un sistema perfecto, pero no tiene los errores y atraso tecnológico que tiene Windows.
GNU/Linux no se clava (se puede congelar o cerrar la interfaz gráfica, pero no el sistema), prácticamente no tiene virus, es muy estable, no tiene pantallazos azules y además, para el 99% de las cosas no vas a tener que buscar un crack, ni un serial, ni nada por el estilo.
La mejor alternativa para olvidarte del 99% de los virus es cambiar tu sistema operativo.
Aquí hablamos mucho de GNU/Linux, pero pocas veces hemos contado cómo instalar uno, así que esta nota será una guía genérica -“genérica” porque puede variar en algunas cosas dependiendo de qué sistema operativo vayas a instalar- que se pretende útil para instalar -casi- cualquier GNU/Linux.
Seguí estos pasos con atención. Te recomendamos hacer un backup. Sólo por las dudas.
Vamos por pasos. Si llegás a hacer lo que sigue hacelo bajo tu riesgo. Yo lo he hecho cientos de veces sin ningún inconveniente, pero lo aclaro para que sepas que algunas cosas que describiré no pueden deshacerse. Es muy importante que hagas un respaldo de tus archivos. Yo por lo general no lo hago, por una cuestión de tiempo y porque nunca nada falló, pero puede fallar y te lo recomiendo porque en caso de que algo salga mal o te equivoques, no vas a poder recuperarlos.
Lo primero que necesitás es particionar tu disco rígido. Hay distintos tipos de particiones, así como en Windows tenés las FAT y NTFS, en GNU/Linux -entre muchas otras- están las ext y reiserfs (hay más, pero pongo estas dos que son las más utilizadas).
Primero averiguá qué tamaño tiene tu disco rígido (eso podés verlo en el panel de control) y luego cuánta memoria ram tenés (fijate cuando arranca la computadora, o buscá en la parte de información del sistema, también en el panel de control).
Ahora bajate esta ISO y seguí los pasos para grabarlo en un CD o en una memoria usb, como elijas. Este software se llama Parted Magic, y es un micro sistema operativo que te permite particionar tu disco rígido de una forma muy simple y segura. Una vez que lo bajaste, reseteás la PC, iniciás desde ese dispositivo (muchas computadoras tienen la opción de mostrarte un menú apretando la tecla F8 a penas prendés la compu).
Aquí tenés un video tutorial sobre cómo usarlo:
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Ahora, ¿qué tamaños dejás?
Si tu disco rígido tiene 250gb, yo dejaría 125gb para Windows y el resto para GNU/Linux. Aunque es importante tener en cuenta que algunos sistemas operativos privativos necesitan un mínimo de espacio libre en disco rígido para funcionar, por lo que, deberías tener en cuenta esta variable a la hora de hacer este cálculo.
Para hacer lugar en el disco e instalar en nuevo sistema operativo tenés que redimensionar la partición de Windows a 125gb. Marcás esta acción, le das aplicar.
Luego de esto ya tenés el disco “partido” en dos partes.
Una no tiene formato, así que la seleccionamos, damos click con el botón derecho->crear partición-> primaria
Las particiones pueden ser primarias o lógicas. No pueden crearse más de 4 particiones primarias en un disco rígido, en cambio, podemos tener todas las particiones lógicas que gustemos. Creamos una primaria, para dividir el disco en dos partes. Le das aplicar para crearla.
Ahora nuestro disco tiene dos particiones: la de Window$ y una nueva. Vamos a crear más particiones. ¿Por qué? Porque necesitamos al menos 3 más:
1) Sistema Operativo
2) Archivos del usuario y configuración
3) Intercambio
En realidad, podés crear sólo 2 particiones y todo funcionaría perfecto, pero al poner en una partición diferente tus archivos y configuración, podés luego instalar cualquier otro sistema operativo e indicarle que utilice la partición con estos objetivos, y no tener que mudar ningún archivo. Es como cambiarte de casa y al llegar a la nueva tener todo lo que tenías en la anterior tal y como querés que esté.
Esto hace que por ejemplo, se guarde toda tu configuración y los programas nuevos se adecuen al sistema operativo nuevo sin tener que volver a configurar. Si usás un programa que no está en el sistema operativo nuevo, éste tomará tu configuración cuando lo instales.
También podés usar distintos sistemas operativos con la misma partición, haciendo que, cualquiera sea el que uses, tus archivos y configuración sean los mismos. Bueno, sólo si usás varios GNU/Linux distintos, aunque probablemente esto pueda hacerse con Mac.
La partición de intercambio se llama SWAP y sirve para utilizarla como una memoria RAM. Es decir: si tenés que cargar un programa que necesita 10gb de RAM pero no tenés toda esa memoria disponible, el sistema operativo va a utilizar esa parte del disco rígido para cargarla. Antes recomendaba que el tamaño de esta partición sea del doble de nuestra memoria RAM. Esto es: si tenemos 4gb de memoria ram, damos 8gb a la partición SWAP. Actualmente el consejo para computadoras nuevas es dejar no más de 4gb.
Vamos a crear las tres particiones lógicas que faltan dentro de la partición primaria que creamos.
Esto lo hacemos seleccionando la partición nueva, le damos click con el botón derecho-> crear partición lógica-> formatear como-> y elegís el tipo de partición, hasta alcanzar la cantidad de particiones que quieras.
El tamaño de las nuevas particiones depende del uso que vayas a darle al otro sistema operativo. Por lo general necesitamos más espacio para nuestros archivos que para el sistema operativo. Por lo que, por lo general también, las particiones para archivos son de mayor tamaño.
Si tenemos 125gb para todo esto primero restamos los 8gb de memoria de intercambio, esto nos deja 117gb (aprox) para sistema operativo y para nuestros archivos.
Teniendo encuentra el comentario anterior sobre la cantidad de espacio en disco necesaria, yo destinaría unos 20 gb para sistema operativo y lo restante para archivos.
En este ejemplo el disco quedaría así:
- Total de capacidad del disco: 250gb
- Partición primaria Window$: 125gb
- Partición primaria GNU/Linux: 125gb
- Partición lógica Sistema operativo: 20gb
- Partición lógica Intercambio: 8gb
- Partición lógica Archivos: 97gb
Hecho esto, ¡ya tenemos nuestro disco rígido preparado!
Reiniciamos e iniciamos con el sistema operativo que queremos instalar.
En una próxima nota te vamos a mostrar los pasos posteriores, que son mucho más simples y necesitan menos descripción, y te diremos cómo seguir con los pasos de la instalación.
¡Happy Hacking!