Cómo reparar un CD/DVD rayado

DVD roto

La masificación de los pendrives y memorias flash tiene tres grandes motivos: durabilidad, costo y practicidad. Es muy difícil ganarle a esas tres características cuando están juntas. El asunto es que por más pendrive que tengas más de un vez te vas a topar con un DVD de backup o que contiene una película o un juego, y seguramente sea otro momento de angustia en que tratás de que el disco vuelva a funcionar. Porque si hay algo que hacen más los DVD que los pendrive es fallar. A los pendrive se les da por perderse y aparecer a los meses, cuando ya compraste otro, pero los DVD fallan en el momento más inoportuno.

Así que se me ocurrió que podía interesarte saber cómo recuperar uno de algún hipotético rayón. Antes de seguir, hay que remarcar que una reparación completa de un rayón requiere de que maquinaria y conocimientos técnicos específicos del tema, aquí te daremos algunos tips muy útiles para una mayoría de los casos, aunque tal vez tengas la mala suerte de que no sea el tuyo.

Lo primero que tenés que saber es que hay muchas posibilidades de que un rayón no sea tal, sino que sea una marca de suciedad y que podés eliminar fácilmente con una microfibra.

El problema nace cuando ese disco tiene un rayón en serio y, peor, cuando uno de esos rayones es tan profundo que nos impide ver el contenido y nos aleja de nuestro objetivo (además de darnos la sensación de que nos está sobrevolando una elefanta con diarrea). Lo que sigue, será pulir, que es lo único que puede hacerse ante un rayón. La diferencia estará en los materiales que usemos para pulir.

Antes que nada, andá, buscá la microfibra y limpiá el disco, sí, aunque el rayón sea muy profundo. ¿Por qué? Porque la más mínima suciedad puede moverse y provocar nuevos rayones, lo que sería realmente catastrófico. Luego de una primer pasada vamos a aplicar una vieja amiga que nadie reconoce como tal: la vaselina.

El aplicar vaselina no va a liberarnos de los rayones, pero sí reducirá el impacto que causan las rayas durante la lectura del disco, aunque en algún que otro caso puede incluso lograr que los problemas desaparezcan. Aplicarla es bastante sencillo: comenzar desde el centro del disco e ir hacia los bordes evitando siempre los movimientos circulares. Para esto usaremos también la microfibra o un paño de los que habitualmente se usan para limpiar anteojos (fundamentalmente suave y sin polvo). Una vez que hayas repasado todo el disco de la manera anterior, usá un paño seco y limpio para eliminar cualquier exceso de vaselina que pueda contener el disco.

En caso de que lo anterior no hubiera funcionado, vamos a aplicar una pasta con capacidad de pulido, lo que significa que contiene material abrasivo. Se trata de millones de micropartículas que al ser frotadas sobre una superficie carcomen una pequeña porción de la superficie, el resultado es el mismo que lijar, pero con un poro muy finito, por lo que produce una marca cada vez menor hasta ser prácticamente invisible. Existen distintas marcas y pastas, podemos usar desde dentífrico, que tiene una capacidad abrasiva menor, hasta lustra metales como Brasso o similares. En caso de utilizar un lustrametales es importante leer la etiqueta porque el disco que estamos puliendo es de plástico, y necesitamos que cualquier pasta que usemos no dañe plásticos pues haríamos un daño todavía mayor. En caso de que tengas dudas, probá con algún disco que no te importe y fijate si los resultados son los que esperás.

Una tercer opción es acudir a algún DVD-Club y pedirles la pulidora (o comprar una, pero me parece demasiado gasto para un disco que no sabremos si podemos recuperar, en caso de que tengas muchos tal vez se justifique). Estas pulidoras tienen una suerte de esponja sobre una bandeja móvil en la que apoyamos los discos luego de aplicar alguna solución. Son muy efectivas, veloces y cómodas.

En fin, si alguna vez te pasa, ya tenés un par de tips para intentar resolver el problema sin buscar profesionales (que no abundan, como sí lo hacen las chantas en este rubro).

Ojalá no lo necesites nunca.

¡Happy Hacking!

 

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