Cómo hackear en las narices del hackeado

Hoy te contamos cómo millones de hackers en el mundo estamos hackeando sistemas operativos, partidos políticos, empresas, y al estado mismo con ese virus llamado libertad.

Encaramos el tema central del Software Libre que es aquel tema existencial de la libertad, relacionado con la política y las instituciones jerárquicas.

Un proyecto llamado GNU que comenzó hace 30 años con la idea de hackear todas las relaciones informáticas entre las personas, ha desembarcado en la educación estatal argentina y sembrado la semilla de la libertad sin fronteras. Se trata de un hackeo del movimiento social del software libre hacia el Estado, y no al revés. El Estado ha sido infiltrado por un caballo de troya libertario.

Se está dando un movimiento de adopción de Software Libre como jamás vivió el mundo anteriormente

Se está dando un movimiento de adopción de Software Libre como jamás vivió el mundo anteriormente, si bien es «sucio» y parcial (caso de Android con Linux privatizado), nunca antes se utilizó tanto código libre en sitios web (ej.: ver el reemplazo de Flash por HTML5 que está ocurriendo en youtube y vimeo), servidores (hasta Microsoft utiliza GNU/Linux para su servicio Bing), enciclopedias (Wikipedia reemplazó Encarta) y administraciones estatales (Ecuador, Venezuela, Brasil, Argentina, Alemania, España, etc.), etc.

Y en particular, en Argentina sabrán que el Programa Conectar Igualdad (PCI) llevó 3.500.000 netbooks con Windows y GNU/Linux a las escuelas; a lo cual deberíamos sumar otros movimientos similares en determinadas ciudades y provincias: una informatización masiva que tiene por finalidad reducir el costo de la informática, producir mano de obra barata, etc.

La inclusión de GNU/Linux puede darnos la esperanza de introducir el virus de la libertad en las escuelas estatales

Estos planes masivos, al menos en el caso de la educación, han salido del MIT norteamericano con el proyecto OLPC («Una Laptop para cada Niño»), y han sido copiados aquí y allá (Uruguay es otro claro ejemplo). Por un lado, tenemos el terrible drama de sumar adictos a Windows y Facebook en el caso del PCI argentino, o sea, rehenes de la NSA, la CIA y la propaganda consumista.

 

Pero, por el otro lado la inclusión de GNU/Linux puede darnos la esperanza de introducir el virus de la libertad en las escuelas estatales (por definición, instituciones jerárquicas).

Esto es de suma importancia. Nosotros, los activistas del movimiento social del software 100% libre fue fundado hace 30 años por Richard Stallman y continuado por miles de programadores alrededor del mundo a través de estas hermosas décadas de creatividad y cooperación, decía: nosotros hemos hackeado entonces las bases de la educación jerárquica estatal.

Los «compañeros» kirchneristas, peronistas o de cualquier otro partido lo niegan, se llaman a silencio o se burlan, pero lo concreto es que han llevado consigo las ideas que deberán minar la autoridad del Estado sobre las personas junto con la autoridad de los partidos (comités, etc.) sobre sus «leales». En definitiva, estamos utilizando el aparato estatal en su contra.

La esencia del Software Libre es incompatible con la lealtad peronista

La esencia del Software Libre es incompatible con la lealtad peronista, dado que la relación entre programador y usuario que crea el Software Libre no implica una obediencia, fidelidad o devoción de parte del usuario, sino que implica utilización con cualquier fin, estudio, copia y mejora del software.

El software privativo (Windows, por caso, repartido con todas las netbooks del programa de tu gobierno) en cambio te exige ciertas lealtades: no usarlo con cualquier fin, no hacer ingeniería inversa, no modificarlo y no compartirlo. Windows, Estados, empresas y partidos políticos, van de la mano.

En el caso de los firmwares privativos, unrar, rar, “miescritorio”, microcódigos de intel, amd y otros softwares privativos incluidos en Huayra GNU/Linux (la distribución ensamblada en Argentina para las nets de PCI), te exigen alguna de esas lealtades o todas ellas, sobre todo la lealtad al programador de que nunca harás ingeniería inversa, nunca lo modificarás, etc. En ese sentido, es muy peronista el software privativo, por eso cuanto más software libre usen, promocionen o desarrollen, más entran en contradicción con sus estructuras partidarias jerárquicas. A propósito, recomendamos utilizar una versión 100% libre de Huayra GNU/Linux desarrollada comunitariamente.

De hecho podemos concluir con que el SL mina las bases del peronismo (y hablando de bases y de minas, también mina las bases de cualquier otro partido político, por definición jerárquicas, como el PO, el PU, el PI, el PRO, etc.).

Si el PJ, el PO o cualquier otro partido político basado en jerarquías llevaran el SL hasta sus últimas consecuencias (vivir coherentemente con la idea de nunca oprimir a otra persona), se desintegrarían como partidos políticos jerárquicos y sólo quedarían activistas independientes luchando por la libertad en todos los rubros de las relaciones sociales.

El caso de las empresas

Si no creen en el potencial liberador de la filosofía SL, fíjense lo que ha sucedido con las empresas que han adoptado el desarrollo de software libre (Red Hat, Google, Intel, IBM, Novel, Oracle, Sun, HP, Microsoft, etc.): al cambiar del modelo de negocio en base a venta de licencias de software por el modelo de negocios en base a servicios, las licencias libres tipo GNU GPL obligan a las compañías a liberar código que es empleado socialmente para obtener mayores libertades informáticas por parte del pueblo: así funciona el hack del SL hacia las empresas y destruye ciertos preceptos básicos del comercialismo y del capitalismo. Pusimos a las empresas a trabajar para nosotros, y no al revés. Lo mismo ocurre con el Estado.

No sólo eso, el conocer la existencia del software libre, aunque sea «vagamente», abre una puerta en la mente de los programadores, tiende un puente que, llegado el caso, les permite cruzar el río: «»Como muchos de mis compañeros en Microsoft,» recuerda, «estaba vagamente al tanto del software libre cuando salí.» Poco tiempo después, y por recomendación de un ex-compañero, decidió probar Fedora, una de las distribuciones GNU/Linux más populares en ese entonces (lo es hasta ahora) y de entrada quedó sorprendido por la facilidad de instalación. En menos tiempo de lo que esperaba, ya se encontraba navegando por la web. «No tenía idea de qué hacer después, pero el mero hecho de que todo haya funcionado, me dijo más acerca del potencial de Linux que cualquier cosa que haya leído antes.»» … «»A mediados de 2005, ¡estaba enamorado de las computadoras otra vez!» Y sentencia: «Una computadora con Windows es una triste broma.»»

GNU/Linux ya está en las escuelas, por millones: tu Estado y tu partido tienen los días contados.

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