Aclaramos de entrada que quien escribe esta nota dista mucho de ser una experta en fotografía y además no pretende serlo. Las opiniones que se publican tienen que ver con un análisis y un estudio conceptual sobre una de las acciones más realizadas con un teléfono: sacar fotos. Escribirlo ya suena bizarro.
Curiosamente, el porcentaje de personas que elige un teléfono por su cámara fotográfica es altísimo. Lo extraño es que producto del uso de paquete de datos y conexión de red, resulta muy poco el uso de la función telefónica de nuestro…¡teléfono! más si se lo compara con la capacidad de tomar fotografías que también incorporan los teléfonos.
Claro que una cámara en un teléfono dista de una cámara profesional, pero realmente se pueden lograr buenos resultados con la de un teléfono. Lo fundamental es practicar mucho, pero ¿qué hace que la cámara de un teléfono sea “buena”?
Si prestamos atención, la carrera por los megapixels y de las imágenes kilométricas, al igual que la carrera de los procesadores, está en franco declive si es que no está terminada, y a nadie le importa si alguien la ganó. Las responsables de mantenerla a flote hasta el momento fueron las fabricantes y distribuidoras, que elevaban cada vez más la resolución en que toman imágenes las cámaras. Por ejemplo, la Canon EOS 7d Mark II tiene 20.2 megapíxels reales, pero… ¿por qué esa resolución es fácilmente alcanzada por otros aparatos más económicos? Ciertamente, comparar esa cámara con una de un teléfono puede resultar como comparar un fórmula 1 con un Citröen 3CV, aunque no del todo, porque las comparamos porque tienen punto de comparación.
Como creemos que hay gente que explica mejor esta situación, te invitamos a ver el vídeo que sigue que explica claramente el tema de la calidad de las cámaras.
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Una de las características principales es la del sensor, el tamaño real de las cámaras y las especificaciones que tengan. Los sensores en los smartphones deben hacer caso de varios límites de espacio, aunque por lo general se puede encontrar -prestando atención- una leve protuberancia alrededor de la lente. La superficie que cubre el sensor y el tamaño real de los píxeles (en realidad: el tamaño efectivo) es elemental para diferenciar entre un alto número de megapíxeles en la caja y una mejor respuesta en entornos de baja luz. Esa relación es la que depara que las cámaras de celulares son increíbles al aire libre y pésimas en interiores. ¿Por qué? Bueno, para eso hay que ver el concepto de apertura, esto es porque cuanto más se abra la lente, más luz dejará pasar, es un principio simple. El promedio de los celulares es de f/2.0 aunque hay modelos con f/1.8.
Luego seguirán otros campos como flash, post-procesamiento y estabilización, que se realizan mediante software, por lo que una buena opción es buscar cámaras con estabilización óptica, claro, pero para eso hay que poder pagarlas. Luego sigue el tema del flash y es un tema importante, ya que los teléfonos incorporan flashes que por lo general queman la imagen, como verás el terreno es grande. No pretendemos cubrirlo en su totalidad pero sí arrimarte algunas nociones e ideas al respecto. Fundamentalmente las del vídeo.