Quienes tenemos la suerte de tener el sentido de la vista a disposición de nuestra existencia, cada tanto notamos que lo estamos despilfarrando en esfuerzos innecesarios. La estimulación sensorial es realmente genial. Con las fuentes de excitación correcta, cualquiera de nuestros sentidos puede transformarse en la puerta de ingreso al universo de la psicodelia o a cualquier otro que se nos ocurra. El problema es que la estimulación sensorial incorrecta (o sobreabundante) nos conmina a un universo de sufrimiento. Lo que sigue es realmente subjetivo, pero en mi caso, que los colores no sean los que estoy viendo, sino otros, me exaspera.
Un negro de color gris, un rojo estridente junto a un naranja que apenas se acerca al rosado, un brillo excesivo o una oscuridad con esa característica. Todas esas situaciones pueden darse si no hemos calibrado nuestra pantalla. Y es realmente uno de los periféricos pasibles de configuración en los que nunca hemos pensado y que media de la más directa de las maneras entre nuestros dispositivos y nosotras.
Así que hoy te invitamos a calibrar tu pantalla y disfrutar de una manera al menos más cómoda. De un tiempo a esta parte las pantallas están pensadas desde el plug & play (enchufar y usar), y esto genera que por lo general -porque hay excepciones- no tengamos mayores inconvenientes para que un sistema operativo reconozca y configure nuestro monitor de una manera correcta. El asunto es que producto de la masificación de netbooks, notebooks, tablets y otros dispositivos con nombre en inglés han hecho que muchas tengan monitores en desuso y que los utilicen en simultáneo en su dispositivo portátil, creando una estación de trabajo más potente, versátil o cómoda. El asunto es que si hacemos eso, la calibración manual de los monitores provoca risa. Porque la hacemos «a ojo» y nuestra subjetividad nos hace inexactas. Así que hoy te recomendamos calibrar monitores usando software específico para este objetivo.
Para calibrar vamos a necesitar generar las condiciones necesarias. La primera es que el monitor esté estabilizado, cosa que logramos con sólo encenderlo 30 minutos antes de iniciar, que no existan luces directas iluminándolo (buscá la mayor oscuridad posible), la resolución debe ser la nativa y restablecer los valores de configuración de fábrica.
Luego de crear un buen entorno para calibrar, visitaremos Lagom LCD Monitor Test, una web pensada para estos fines que ofrece una variedad de imágenes que permitirán ajustar varios aspectos del monitor e incluye algunas misceláneas no tan habituales pero muy importantes como ajustar monitor, fase, nitidez, y niveles de negro. El punto flojo es que se trata de un test LCD, por lo que monitores CRT quedan fuera. La página cuenta además con instrucciones de uso, algo de agradecer aunque esté en inglés.
En caso de tener un monitor CRT podés instalar f.lux, un software multiplataforma (con versiones para GNU/Linux, Mac O$ X y Window$) gratuito que permite cosas geniales como ajustar el brillo de acuerdo a la hora del día y dejarlos almacenados en tu máquina.
¡A divertirse!
¡Happy Hacking!