Entrás a Netflix. El buffer te enloquece. Llamás a tu proveedora de Internet y te quejás, porque la velocidad es verdaderamente lenta. La operadora que te atiende te pide que hagas una prueba en Speedtest y… ¡tarán! Todo funciona. Cortás, volvés a Netflix y ves que… nada funciona. ¿Qué pasa?
Bueno pasa que las proveedoras de Internet están tratando de meterse en cuanto negocio se haya montado en la web. Dicen ellas que no pueden ser vehículo de los miles de millones de dólares que se generan en Internet y no participar del negocio. Atenti con esto: eso significa que las proveedoras de Internet ya no erán un peaje para la autopista. Sino que serán parte del ejido de empresas que obtienen dinero de nuestra intimidad. ¿Y quién tiene más acceso a la intimidad que las que operan sobre la red? No se trata de un negocio menor, claro que no lo es desde un punto de vista económico, pero no lo es para nada desde un punto de vista de derechos.
Hace algunos años pasó sin mucha alharaca el tratamiento de la ley de neutralidad en la red que en casos como este son fundamentales. El principio básico es que si una proveedora de Internet quiere montar un negocio en Internet no utilice su posición de privilegio para beneficiarse. Esto puede hacerse de formas muy sutiles. Una de ellas es hacer que el acceso a un sitio sea tedioso, lo que termina desalentando su utilización. En el caso de Netflix no se trata de una vulneración menor: además de todos los gastos que se tienen para conectarse a Internet, además han pagado una suscripción (o alguien lo ha hecho). Por lo que la crispasión es mayor que en otros casos. Peo sucede que una proveedora de Internet tiene montado su propio negocio en video, uno que muy poca gene utiliza, aunque es gratuito con la suscripción. ¿Cómo ganar más clientes? Tal vez saboteando a quien tiene la gente que busca lo que ofrecemos.
Una proveedora de Internet puede hacer que sea más difícil entrar en determinados espacios o directamente prohibirlo, algo que desde un punto de vista de la expresión significa censura y desde el comercial competencia desleal, dos razones por las que existe una legislación al respecto que curiosamente nadie conoce. Justo en este momento argentina se está retrotrayendo al país bananero que se jactó de ser, por lo que no es azaroso que en este marco Netflix no funcione. Bueno, pero todo lo anterior te contamos que existe una froma de conocer nuestra velocidad de descarga real en Netflix, que golpeada por la mayoría de las ISP del mundo ha tenido que lanzar su propio sistema de medición de velocidad de conexión para que las usuarias puedan saber a qué velocidad se están conectando realmente.
Ojo, Netflix no es ninguna buena de la película. Estamos ante una guerra corportiva, no nos olvidemos que Netflix hizo todo lo que pudo para sabotear el HTML5 con el único objetivo de libar más la sangre de sus usuarias, ni que es una de las principales agentes contra la libertad que tenemos las personas de compartir cultura, más allá de la que tengan las poderosas de intentar comercializarla. Una cosa es la libertad y otra el comercio, jamás el último puede estar sobre el primero. Sí, aunque tengamos a Macri en el sillón de la rosada.
En fin, Netflix ha lanzado una herramienta para evaluar la velocidad real de descarga que te da tu proveedora de Internet. A diferencia de Speedtest (que ha sufrido grandes manipulaciones de parte de las proveedoras y es por esto que la recomiendan), Netflix controla directamente a Fast, y te va cantar la papa. Lo irónico en todo esto es que Fast está basado completamente en… HTML5, sí la misma tecnología contra la que atentó Netflix. ¿Viste? Además de autoritarias son hipócritas, por eso no hay que darles nuestro dinero y seguir compartiendo cultura de forma gratuita o pagando a las verdaderas realizadoras (artistas, directoras, productoras, nunca comercializadoras ni distribuidoras, que son las que centran sus ganancias en la persecución penal de las destinatarias de la cultura).
¿Y cómo ingresar a Fast? Simple: hacé click acá.
¡Happy Hacking!