Durante la crisis que tuvo su auge en 2001, muchos periodistas, estudiantes, militantes sociales y gente en general, nos volcamos a crear medios de comunicación, a tratar de crear nuevas formas de comunicarnos y comunicar lo que sucede, sinceras, éticas, que reconozcan tanto opiniones políticas como fuentes de financiamiento, medios que pudieran ser cuestionados por sus opiniones y publicaciones pero no por esconderlas ni mucho menos por esconder sus verdaderos intereses, pues estos debían estar claros.
El tiempo pasó, muchos de esos medios dieron la respuesta que debían dar y se agotaron, otros continuaron en el tiempo. Hubo miles de discusiones sobre de qué se trataba esa nueva comunicación, si era alternativa, contrainformativa, contrahegemónica, popular, social, discusiones que hoy perduran y jamás perdieron vigencia. Algo que nos quedó claro con los años, y que ya veíamos en ese momento, es que no sólo se trataba de un cambio profundo, Internet estaría íntimamente vinculado a esto que estaba gestándose, tuviera o no un nombre, muchos, sólo le llamamos «autogestión».
La autogestión es uno de los desafíos más interesantes y más dignificantes a la hora de pensar en el periodismo. Llevo 12 años trabajando en un medio autogestivo y pocas cosas me hacen más feliz que cada paso andado en ese camino, aunque en todos haya encontrado espinas. Es una sensación muy especial y poco definible, por lo que no ahondaré en describirla, pero algo de eso puede leerse en el comunicado enviado por Media Factory, aunque con un marcado tinte comercial/empresario (donde no hay autogestión sino comercio):
«Latinoamérica experimenta el despegue de las ‘startups’, jóvenes emprendimientos con foco tecnológico y digital que con una idea, un buen equipo, capacidad de ejecución y el dinero que aceleradoras e inversionistas les brindan, pueden convertirse en grandes compañías con alcance global, que siguen la senda de ejemplos como Google, Facebook, Twitter o Rovio.
Los periodistas estamos allí para informar sobre estos éxitos. Pero, a la vez, vemos cómo los medios de comunicación establecidos con frecuencia limitan nuestro sueño de hacer el periodismo que siempre quisimos hacer.
Y nos preguntamos: ¿Por qué los ingenieros, los desarrolladores de software y otros profesionales cuentan con apoyo para crear sus empresas, traducido en mentoría, capacitación y mucho dinero, y por qué nosotros los periodistas no?»
Si te estás preguntando qué es un «startup» te cuento que sólo significa «arrancar». Es un concepto que se utiliza en lugar de «nuevos emprendimientos», es frecuente verlo en los ambientes donde «libre» no significa libertad, sino liberalismo. Tal vez la gente de Media Factory esté buscando relacionar el mundo de las empresas con los espacios autogestivos, esperemos que no sea así porque dañaría a ambos sectores pues persiguen objetivos contrarios, tal vez se trate de un término elegido por un comunicador que busca fortalecer la autogestión pero viene del marketing y no está relacionado con los conceptos propios de la construcción de un mundo distinto. O tal vez se trate de mis prejuicios sobre las palabras elegidas para definir un proyecto.
Existen decenas de nuevos medios digitales en la provincia, y muchos seguramente ya están sufriendo los problemas propios de la autogestión o de contar con periodistas que no comprenden la autogestión misma
Actualmente existen decenas de nuevos medios digitales en la provincia, y muchos seguramente ya están sufriendo los problemas propios de la autogestión o bien, los problemas propios de los periodistas cuando nos planteamos crear un medio de comunicación: enseguida decimos «no somos empresarios» y nos sentamos de brazos a esperar a que venga un anunciante (sí, los periodistas somos así de brillantes…. y de ególatras), además claro, de pensar que nuestra labor es la mera producción de los contenidos. Esos últimos dos, en mi experiencia, son los principales obstáculos de los nuevos medios cuando son integrados por quienes tuvieron una formación academicista y conservadora (como la que da la UNCuyo) y no han roto con ella (o peor: ni siquiera lo han notado).
Esta es una charla más que interesante y que todos los conocimientos son herramientas
Cualquiera sea el caso, con startups, emprendimientos, autogestiones, nodos productivos, o la calificación que fuere en que quepa a tu proyecto o tu idea, te comento que esta es una charla más que interesante y que todos los conocimientos son herramientas, podés utilizarlos como no, pero para decidir si nos sirve o no, tenemos que conocerlos.
Por lo que te invito a que te registres para el Hangout que dará mañana Mariano Blejman, recordado y muy querido periodista mendocino, que actualmente escribe enPágina/12, y «líder y socio» (así reza el comunicado) de Media Factory, una suerte de «banco» que otorgará hasta u$s75.000 a cinco proyectos que les resulten valiosos. Se trata de un grupo de «inversores de riesgo» (como la inversión en bolsa) reunido por Media Factory para financiar emprendimientos digitales.
Tomar herramientas y utilizarlas distinto es un buen ejercicio para no resolver los mismos problemas con soluciones que ya probamos
Aunque no estés buscando espiar al mundo y violar globalmente los derechos de las personas, vender a tus usuarios, engañarlos, tratarlos como cosas, ni ser una de las empresas más imperialistas hasta el momento, y te parezca que tu emprendimiento debería ser lo contrario a «Google, Facebook, Twitter o Rovio», te insisto en que charlas como esta son de mucha utilidad, ya que por lo general nos movemos en círculos más o menos similares a diario e intentamos resolver los mismos problemas con las mismas herramientas. Si estamos buscando fondos porque no tenemos cómo arrancar nuestro emprendimiento, lo más probable es que nuestro círculo no esté lleno de inversores, conceptos del capital, y palabras en inglés que reemplazan a otras en castellano que usamos a diario (y significan lo mismo). Aunque, por otro lado, también podés buscar ser como Google o Facebook, no es ético, pero sí es legal.
No tenés por qué tomar algo que no quieras hacer, pero por lo menos para saber qué es lo que no querés hacer, o inspirarte en modelos exitosos en los círculos económicos tradicionales, vale la pena asistir. La cita es mañana a las 19 hs de Argentina aquí.
El eje principal de la charla es la convocatoria de Media Factory, que cierra este 29 de Noviembre, donde seleccionarán 5 medios a los que otorgarán hasta u$s75.000 (no sabemos si blue o no) y obligarán a mudarse a Buenos Aires en caso de resultar seleccionados. Tal vez eso último, que repite el agotadísimo, antidemocrático y centralista esquema tradicional de la comunicación, y con eso deja totalmente fuera a cualquier medio del país que este haciendo algo por cambiar la comunicación (incluso al medio más comercial y rancio que en un inédito caso intente cambiar la comunicación), sea lo que me resulta tan poco convincente. De igual manera, las capacitaciones vienen bien, aunque no vayas a postularte al Media Factory.
Algo muy interesante del conocimiento, del que sea, es que se puede subvertir. No te pierdas esta charla.
¡Happy Hacking!