Aquí estamos en contra de las prácticas de Google pero no en contra de Google en sí. Ciertamente no tenemos ningún inconveniente con el buscador en calidad de tal, ni con el sistema de email, ni del de reproducción de vídeos ni los otros emprendimientos, el tema está con que sin decírtelo Google te use como si fueras una mercancía, te venda a vos como si fueras una cosa, y encima te diga que eso es un servicio gratuito.
Pero muchos de sus productos son realmente interesantes y es una pena que la corporación base su negocio en la trata digital de personas. De igual manera, nos sorprende y alegra cada vez que aparecen servicios como el de hoy, y por otro lado, siempre podemos crear una identidad falsa para que Google no nos venda.
Es simple: borrá las cookies de tu navegador, instalá TOR, elegí un nombre que te guste y creá un perfil de Gmail, uno de Twitter y otro de Facebook, elegí algunas fotos que te gusten, una ciudad, una historia para vos. Luego simplemente contásela a Gmail, a Twitter y Facebook cuando te pregunten tu edad, a qué te dedicás, dónde vivís y similares. Luego, cada vez que uses el navegador vas a estar dándole esa información a esas redes y se van a dedicar a vender un perfil que no existe. A estas empresas no les importa si los datos que venden son reales. Digo, para que veas cuán peligrosas y honestas son: cobran por información sin chequear y aunque les des datos falsos, van a ganar dinero.
No quiero frivolizar el concepto de trata de personas que me resulta algo mucho más grave. Pero lo cierto es que estas corporaciones no venden personas físicamente, si no que venden todo lo que hace a su identidad, salvo su nombre. ¿Necesitan tu nombre para venderte a vos? No. Y por eso no lo venden. Pero sí venden tu edad, tus gustos, tus preferencias, tus búsquedas, tus disgustos, tus alegrías, tus tristezas, tu ideología, tu posición en el mundo y un sin fin de otros datos. Y los venden a los gobiernos que nos persiguen, a los gobiernos que nos controlan, a los que nos quieren controlar y perseguir, a las empresas que tienen talleres clandestinos con esclavos y esclavas encadenados para fabricar la ropa de la gente de más dinero y similares.
El asunto es que si los datos que vende Google son falsos las personas que les pagan por esos datos no van a cumplir sus objetivos (pagar por publicidad y que no genere ingresos ni posicionamiento hace que la inversión sea gasto) por lo que pronto dejarán de poner dinero o por lo menos dudarán de la efectividad del sistema y luego de insistir un par de veces con el mismo resultado, dejarán de financiar la corporación.
Es decir: proveer datos falsos además de resguardar tu seguridad es una forma de atentar contra esta corporación desfinanciándola. Y estamos totalmente de acuerdo en que cuides tu privacidad, a eso te convocamos: falseá tu información ante las corporaciones. La consecuencia principal es que resguardás tu información, y eso es lo importante.
Ahora: si lo que hacés es seguir usando la computadora como si nada, entonces sí le vas a dar tus datos, por lo que te recomendamos instalar Chrome y allí dentro construir toda la identidad falsa, y usar tanto la identidad falsa como ese navegador para utilizar servicios de venta de persona como las redes antisociales o incluso el buscador y colocar allí cada tanto algunas búsquedas apócrifas acordes a tu personalidad falsa. Por ejemplo, si a tu identidad falsa le gusta Buika (lo importante es que no sea alguien que a vos efectivamente te gusta, buscá cosas que NO te interesen), entonces abrí el navegador, y buscála, luego metéte a Youtube y dale play, ejecutá otros servicios que no sean de la corporación -para que no sospeche- como Spotify (otra corporación que cada vez está más cerca de ser la maldad encarnada) o diarios que venden tu información, en el caso por ejemplo de Mendoza están Los Andes, El Sol, Sitio Andino y UNO que se dedican a vender a sus lectoras de diversas maneras. Visitalos y proveeles datos falsos.
Estas corporaciones han jugado y juegan en favor del statu quo de manera constante. Diario Los Andes publicaba textuales los comunicados de genocidas como Luciano Benjamin Menéndez y no ha dicho nada de su colaboración con la dictadura -callar es una forma de colaborar, ese diario tuvo a su sub director en la cárcel sin que eso significara una campaña por lograr su libertad- diario El Sol suele jugar en favor de la mano dura -aunque de una forma más light que lo que lo hace Los Andes- atenuando la presentación de los delitos que cometen las personas de clases poderosas.
Un buen ejemplo -que viene del canal de TV del mismo multimedio- es el bloque especial que tuvo Stefano Tati, uno de los líderes de la búsqueda de que se violen los derechos y garantías de las personas (a lo que comúnmente se llama “mano dura”), en el que Fernando Hidalgo hizo especial hincapié en que el o las armas encontradas contaban con documentación y que la droga había sido supuestamente colocada por la esposa de Tati. ¿Cuántas veces viste a Hidalgo dar oportunidad de aclarar un dato a alguien a quien se acusa de tenencia de armas y drogas? Bueno, ahí tenes clarito a favor de quién juegan Hidalgo como empleado del multimedio (es una de las autoridades) y el multimedio en sí difundiendo esos mensajes. ¿Por qué no darles datos falsos? ¡Dale! Llenémosle la canasta.
Basta con dar una leve ojeada a UNO (propiedad de Vila y asociados) y de Sitio Andino (el portal del kirchnerismo de derecha que hasta donde sabemos dirige Marcelo Torrez) para encontrarse con situaciones similares.
Desde aquí te convocamos a boicotear a estas corporaciones y también a estas personas que están ganando dinero por dejar un mundo peor que el mundo al que llegaron.
Esta nota iba a ser sobre Google Fish View. Bueno, ya lo es: si hacés todo eso, ya estás en condiciones de usarlo sin terminar siendo vendida.
Dedicar diariamente algunos minutos a proveer datos falsos a estas corporaciones es luchar unos minutos al día por lograr un mundo mejor. ¿Cuántos minutos al día tratás de mejorar el mundo? Con uno al día sumás una increíble cantidad de tu tiempo. Dale, cambiemos el mundo y dejémoslo mejor de lo que está.
¡Happy Hacking!