Hace ya casi 7 años escribía en mi blog “El Ideario Ecosoberano” y planteaba las 7 Soberanías Humanas y las 4 Ecologías (que tomaba de Bosh y Guattari). ¿Por qué hablar de Soberanías y Ecologías? Porque la mujer es una con su entorno (bioma) sea este un ecosistema natural: el bioma; o artificial. Por ejemplo, las hackers hablamos de ecosistemas cuando decimos cómo armamos nuestros hacklab. Como dice la canción de Arbolito, si nuestro ecosistema se muere nos morimos nosotras también.
Por eso no voy a hablarles hoy de los daños que produce la megaminería en nuestros ríos o en el aire, con metales pesados y substancias químicas, ni voy a hablarles del perjuicio económico, social y cultural que provoca a los pueblos y comunidades; hoy vamos a tratar de anlizar los daños provocados a nuestra salud, con la aparición de enfermedades principalmente respiratorias, pero tambien de otro tipo; algunas muy graves, hasta el punto de provocar la muerte.
Desde 1994 se han otorgado más de 100 concesiones a las multinacionales mineras y hay otra cantidad igual por concensionar
Desde las reformas a la Ley Minera de 1994, cuando se les asignó a las provincias autonomía para manejar los recursos naturales, se han otorgado más de 100 concesiones a las multinacionales mineras y hay otra cantidad igual por concensionar. De concretarse, va a ser enorme el impacto provocado en la salud de las argentinas, no solamente va a producir efectos a las pobladoras que viven en las periferias, comunidades y pueblos vecinos a las explotaciones (esas personas a quienes se “pretende ayudar”, van a ser las más perjudicadas, casi igual a las peonas rurales y pobladoras de los pueblos fumigados -yo vivo en uno- que se mueren por enfermedades como cáncer o enfermedades respiratorias crónicas); sino que también se van a ver afectadas en forma directa quienes residan a cientos de kilómetros de los lugares de explotación y pienso en explotaciones como Navidad en la localidad de Gastre, en Chubut, zona de pequeña ganadería y la cría de guanacas.
O el emprendimiento Calcatreu, de la compañía canadiense Aquiline que trabaja desde hace tres años en la puesta en funcionamiento de una mina de oro y plata a cielo abierto, con cianuro, en la localidad de Ingeniero Jacobacci; al que se opone el Parlamento Mapuche de Río Negro. O bien San Jorge; el proyecto de cobre y, en menor proporción, de oro ubicado en el valle de Uspallata, a 90 kilómetros al noroeste de la capital mendocina y 2.500 metros de altura, de la empresa japonesa Nippon Mining & Metals.
“La industria minera ideó un método siniestro. Primero detecta de manera satelital los yacimientos, aquellos sitios donde hay más concentración de minerales, generalmente diseminados en extensiones kilométricas y, por supuesto, poli metálicos. Luego aplica un cóctel de sustancias químicas que le permite atrapar el mineral sin importarle secar acuíferos, desviar ríos, destruir glaciares y volar montañas con total impunidad a cielo abierto. El método no se caracteriza por mantener normas industriales de desarrollo sustentable ni por remediar el daño producido, tarea por demás imposible. En el caso del oro, para las empresas mineras lo importante es capturar entre el 96 al 99% del mineral contenido en la roca y en invisibles partículas diseminadas en miles de hectáreas”. Nos relata Marcelo Quiroga en el Programa de Radio 2 “Otras Alternativas”.
A lo largo de la actividad minera se genera el desprendimiento de sustancias tóxicas, que son difundidas al medio circulante ocasionando daños en diversos grados, provocando el envenenamiento o intoxicación de las personas. Las Mineras nos enferman.
Algunos datos: para empezar con la explotación del mineral, se depositan en el simple desprendimiento del suelo y la roca al ser explotadas miles de toneladas de dinamita, con el objetivo de romper la roca para ser trasladada a la planta donde será triturada. La dinamita emana altas concentraciones de nitratos y monóxido de carbono provocando a las trabajadoras y pobladoras que están en su alrededor graves impactos en la salud, como vómito, asfixia, decaimiento, irritación del tejido pulmonar, pérdida de la conciencia y muerte.
Todo el proceso que va desde la actividad previa a la perforación, la detonación, la excavación, la carga, el transporte, la posterior trituración en planta, el almacenamiento, etc., generan polvo por el desprendimiento de partículas sólidas que quedan suspendidas en el aire, y se mantienen allí pudiendo ser arrastradas por el viento hasta 1000 Km. de distancia.
La presencia de polvo de sílice en el aire, que es respirado por las personas, conlleva la pérdida de elasticidad y permeabilidad de la pared alveolar de los pulmones, obstruyendo el normal intercambio de oxígeno y salida de dióxido de carbono.
El sílice que entra en los pulmones no sale de ellos y se mueve de célula en célula destruyendo todo a su camino. Las alteraciones que se presentan debido al sílice son irreversibles provocando la silicosis, una enfermedad progresiva y degenerativa. No existe tratamiento específico para la misma, quien la contrae no tiene la posibilidad de sanar, sólo se puede detener su avance. La silicosis tiene un largo período de incubación (vale decir que el afectado no tiene conocimiento de su enfermedad) y puede entre diez y veinte años en desarrollarse.
A estas alturas estarán preguntandose ¿qué es este silice? Empiezo por decirles que es el material más común de la corteza terrestre y por lo tanto se encuentra en todas las minas.
El óxido de silicio (IV) o dióxido de silicio (SiO2) es un compuesto de silicio y oxígeno, llamado comunmente sílice. Es uno de los componentes del arena. Una de las formas en que aparece naturalmente es el cuarzo. Consultando varias páginas dedicadas a la salud y a algunas médicas amigas, nos dicen que en su etapa inicial se presenta tos y secreción permanente, daños en los pulmones, falta de aire, coloración violácea de la piel, labios y mucosas. Luego se complica con problemas cardíacos, se acentúa la dificultad respiratoria, tos persistente con taquicardia. En su etapa final, el tórax aparece aplastado, hay insuficiencia cardiaca y pérdida total de la capacidad de trabajo.
Ya deben estar pasándole por la mente imagenes de las últimas películas de zombies y enfermedades extraterrestres; no se preocupe, a esta redactora le ha pasado lo mismo. Entonces mi amiga me escribe en el chat (Pidgin por supuesto). Y entonces te morís porque sobreviene el agravamiento de los síntomas que te dije, o lo que es peor, por contraer una enfermedad asociada a la silicosis como neumonía o tuberculosis. Y entonces pienso en los millones de habitantes que viven despreocupadas en los alrededores de los emprendimientos nombrados arriba y muchos otros esparcidos hoy en día por el país (había 300 emprendimientos en 2012).
Otro de los minerales que se desprende en las explosiones es el plomo, que entra a nuestros cuerpos cuando respiramos, ingerimos alimentos, por la piel, provocando una enfermedad conocida como saturnismos, plumbosis o plombemianota y es basicamente envenenamiento que produce el plomo (Pb) cuando entra en el cuerpo humano. Es llamado así debido a que, en la antigüedad, las alquimistas llamaban “saturno” a dicho elemento químico.
Se denomina saturnismo hídrico al que se produce a través del agua ingerida, pues el plomo, mineral inoxidable muy maleable, no confiere gusto al agua ni a los alimentos. Precipita con ácido clorhídrico. Previa a la intoxicación existe una etapa de contaminación, la misma tiene un desarrollo lento y tarda más de diez años en declararse abiertamente. Esto provoca un anormal intercambio de oxígeno y dióxido de carbono, afectando diferentes órganos del cuerpo humano. Cuando en mi juventud visité la zona minera boliviana pude ver que las familias mineras, y principalmente las niñas son afectadas provocándoles pérdida de la capacidad de aprendizaje, retraso en el crecimiento, aparte de otras consecuencias que muchas veces limitan su vida a no más de una treintena de años. Esto sigue siendo así hoy día bajo el gobierno de Evo Morales.
El polvo de plomo afecta al sistema nervioso, produciendo alteraciones de carácter, irritabilidad, insomnio, dificultad en la concentración y hasta disminución del libido.
En los nervios periféricos ocasiona dificultad en el movimiento de los miembros. Puede ser causal de malformaciones congénitas, abortos, partos prematuros y otras alteraciones en el embarazo y el parto. También puede ocasionar insuficiencia renal.
Respecto a la manipulación del plomo, en Argentina, tenemos varios antecedentes nefastos, uno de ellos es en Abra Pampa, un pueblo de 14000 habitantes de Jujuy, en donde desde hace 25 años después de haber concluido con la actividad, la empresa dejó una montaña de escorias que siguen contaminado con plomo.
En 2007 un estudio de la Universidad de Jujuy reveló que el 81% de las niñas de esa localidad tienen plomo en sangre en cantidades dañinas para su edad. Y en el año 2012 en este mismo pueblo hubo una contaminación del río Miraflores por volcado de afluentes cloacales. Pareciera que muchas veces creyéramos que hemos sido beneficiadas con la inmortalidad.
Los minerales que se desprenden y nos contaminan son muchos más; pero creo que ya en este punto están tan azoradas como yo. Veo por mi ventana a la mosquito fumigando ese yuyo que parece nos hace ricas y en mis oidos resuena los versos de Arbolito:
Si el agua que tomo
Se pudre, se pudre
Me pudro por dentro también
Si el aire que respiro
Se pudre, se pudre
Se pudre mi forma de ser..
(Bueno;jpdr cumplí.)
Fuentes: EcoPortal/Wikipedía/No a la Minería/Argentina Económica/CMTV