Cómo funcionan las máquinas tragamonedas (y qué chances tenés de ganar)

Cómo funcionan las máquinas tragamonedas (y qué chances tenés de ganar)

Uno de los secretos a voces más interesantes con los que me he topado en este tiempo, es cómo trabajan quienes desarrollan software de tragamonedas, tragaperras o slots, que es el nombre que reciben en inglés.

Es un tema que ambienta charlas entre amigas y conocidas, y con el auge de las plataformas online, el interés por esta tecnología ha aumentado enormemente. La verdad el juego no es algo que me interese mucho, me gusta ganar como a cualquiera, pero el mundillo de la especulación y el tipo de diseño extremo que tienen me desalienta. Tampoco me gusta el hecho de que los baños de los casinos estén llenos de pañales para adultas, una situación penosa e ignorada: la gente juega de una forma tan desenfocada, que prefiere cagarse y mearse encima antes que dejar una máquina con la que creen que pueden resolver su vida, aunque lo cierto es que los premios nunca son lo suficientemente altos como para que eso realmente suceda.

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Las reglas básicas no han cambiado en mucho tiempo (se estima que desde 1899, cuando se creó la primera). Las máquinas de antaño contaban con un conjunto de carretes en su interior, dirigidos por un mecanismo poco azaroso que cada una determinada cantidad de giros entregaba un premio. Hay algunas cosas a pensar aquí: si nadie gana, entonces en poco tiempo la gente va a dejar de utilizarlas, por lo que dar un premio es importante, pero… ¿cómo hacer de esto un negocio rentable teniendo esa condición? La respuesta es sencilla: el premio tiene que estar cubierto, es un costo en la cuenta y representa una mínima porción de lo que cada máquina gana.

En la actualidad lo que antes era mecánico, es realizado por software, lo que brinda a las poseedoras de estas máquinas la posibilidad de estudiar al máximo la conducta de las jugadoras y extremar los beneficios para las personas que se enriquecen de la necesidad de dinero que tienen las demás, aunque existe algo que no cambió: el resultado debe ser aleatorio. Un slot online funciona con un complicado software llamado RNG (siglas en inglés de generador numérico aleatorio). Este software se asegura de conseguir que todos los resultados que se muestran en la máquina sean aleatorios, esto es, que el resultado sale después de un giro que no tenga ninguna influencia en el resultado que saldrá en los siguientes.

¿Pero cómo funciona el software de las tragamonedas?

La clave está en el porcentaje de ganancia ofrecido a la jugadora. Si es del 96%, significa que por cada 1000 pesos que gastes en la máquina, vas a recuperar 960. Esto significa que si te sentás a apostar en una de estas máquinas y cada vez que apostás, ponés un peso, cada 1000 veces que tires la palanca, deberías ganar $960, algo que no hemos visto mucho en ningún lugar.

La industria del juego genera, sólo con estas maquinitas y tomando exclusivamente a EEUU, unos U$S 240.000.000.000.000 al año. Sí, billones y de ganancia. Por lo que hay dos alternativas: o se juega demasiado o no es cierto que una máquina vaya a dar el 96% de ganancia a nadie. Las máquinas tragamonedas, el poker en video y otros juegos electrónicos son el centro de este tipo de actividad, incluso, hay casinos que no tienen otro tipo de máquinas.

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El precio del fichín maldito

Existe una teoría que plantea que cuando el precio de algo sube, la demanda tiende a caer. La transparencia es algo fundamental. Aunque existen muchas excepciones, mayormente conocemos cuál es el precio de un producto antes de comprarlo. En el caso de las tragamonedas esto no es así. Puede ser incluso más caro que ir a “Pizzería los Hijos de Puta” o incluso a un consultorio médico, donde rara vez sabemos cuánto deberemos gastar además de los honorarios de la profesional en cuestión.

Las operadoras de casinos por lo general conciben el precio en términos de lo que produce como ganancia, algo a lo que llaman ventaja promedio. Esta ventaja es a largo plazo y está integrada en el juego. Para una jugadora individual, una interacción limitada con el juego dará como resultado un ‘precio’ bastante diferente.

Pensá que en un juego que tenga un 10% de ventaja para la casa, algo bastante típico, la máquina devolverá el 10% de todas las apuestas que recibe, por lo que si recibe apuestas de U$S 1.000.000 se espera que pague U$S 900.000, lo que redunda en una ganancia de U$S 100.000 para las jugadoras.

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Pero desde el punto de vista de una jugadora la métrica es distinta: si jugás U$S 1 y no ganás nada, entonces el costo no será de U$S 0.1 -con un 10% de ventaja para la dueña de la máquina- si no de U$S 1. Entonces … ¿quién tiene razón? La respuesta es compleja: ambas. Si bien la jugadora sabe que puso en la máquina U$S 1, la gerencia sabe que en algún momento va a tener que pagar los 90 centavos a alguien.

Eso no significa que la jugadora lo sepa, ya que estará en la máquina dos o tres horas, durante las que puede esperar que el RNG le devuelva lo que ha perdido en algún giro repentino. A ese ritmo de juego, podría llevarle años de apuestas obtener un beneficio en una sola máquina, y esto hace que la ganancia de la gerencia no sea tan evidente.

Vamos a imaginar a una jugadora X, que decide vilipendiar sus ingresos en una mala noche. Tiene tres alternativas: pierde todo, gana mucho o pierde/gana poco, lo suficiente como para lograr alejarse antes de que las chances se le vuelvan en contra. Perder todo, es lo más común, y hasta es necesario, ya que las ganancias que da una tragamonedas está enteramente constituida por el dinero que perdieron las otras apostadoras, esas apostadoras, son las apostadoras frecuentes, y si ellas no perdieran, el casino no le pagaría a nadie. Si alguien está ofreciendo un premio alto, es porque en esa máquina tenés muchas chances de perder. Pero lo que resulta menos obvio es que, a largo plazo, las jugadoras no reciben un 10% de beneficio, si no que lo hacen de forma aleatoria, lo que hace muy difícil ver el verdadero precio de lo que se está pagando.

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El valor de la emoción

En el esquema en que estamos, un casino está vendiendo emociones, que se componen de esperanza y variación. A pesar de que la máquina sólo se queda con el 10%, nuestra jugadora X pierde todo su dinero. Esto se debe a la variación de la tabla de pagos de la máquina tragamonedas, que enumera todas las combinaciones de símbolos ganadores y la cantidad de créditos otorgados para cada uno.

La tabla de pagos es visible para la jugadora, pero la probabilidad de producir la combinación permanece oculta. Como en esta variable está incluido el tiempo, el valor de la apuesta de la jugadora -que es a largo plazo- permanece invisible, lo que facilita que una jugadora, que tiene una perspectiva de dos o tres horas -muy inferior en el tiempo al de un casino- no pueda notar fácilmente cuánto es lo que ha apostado en todas esas visitas de dos o tres horas a la máquina en cuestión.

Esta condición de ocultar el precio ofrece la oportunidad para que la administración del casino aumente un precio sin notificar a las jugadoras y de esa manera disminuir la chance de la merma en el uso de la máquina producto del encarecimiento de la jugada. Las gerentas no quieren matar a la gallina de los huevos de oro elevando demasiado el precio de la jugada. Si una jugadora nota cómo aumentó el precio, puede resolver el problema yendo a otro casino y eso les jode el plan.

En consecuencia, las operadoras se resisten a aumentar las ventajas de la casa, creyendo que las jugadoras detectarán el choque de precios. Pero una investigación reciente encontró que los aumentos en la ventaja del casino, han producido ganancias significativas en los ingresos sin que se haya percibido ese aumento, incluso por las jugadoras más avezadas. En múltiples comparaciones de dos juegos idénticos, los juegos de alto precio produjeron más ingresos para el casino.

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Un análisis detallado no reveló evidencia de que las jugadoras migraran de máquina, a pesar de que tenían una mucho más barata a sólo nos pasos de distancia. Las tabla de pago eran visibles e idénticas en juegos de alto y bajo precio, la única diferencia eran las probabilidades ocultas de pago.

Esto permitió a la gerencia aumentar sus precios y sus beneficios.

¿Y se puede ganar? Claro, si no fuera así, nadie jugaría.
¿Qué chances existen? En la industria se calcula que existe un 18% de posibilidades de que ganes.
¿Cómo se puede ganar?

Evitando estos juegos, claro está, porque ese porcentaje de chances de ganar… es aleatorio.

¡Happy Hacking!

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