Estudiar la genealogía feminista nos permite conocer las reacciones que ha ido suscitando. Durante casi tres siglos hemos asistido a una suerte de movimiento pendular: cada derecho conseguido, cada avance realizado por las mujeres, ha supuesto una reacción por parte de los partidarios de la ideología de género más longeva: la patriarcal.
La reacción producida tras la Revolución Francesa, la que sucedió a las demandas sufragistas, la de los años ochenta del pasado siglo, la actual, todas, comparten un mismo modus operandi. Conocer estas estrategias resulta fundamental si queremos conservar los derechos que con tanto esfuerzo hemos conseguido (¡como si no nos pertenecieran!).
En su libro Reacción. La guerra no declarada contra la mujer moderna, Susan Faludi analiza la reacción que se produce en Estados Unidos en los años ochenta del pasado siglo. Si estudiamos el análisis realizado por Faludi y lo comparamos con el resto de reacciones contrafeministas, el modus operandi de las reacciones podría ser el siguiente:
Me gustaría detenerme en esta última cuestión. Cuando los guardianes del patriarcado hablan de “ideología de género”, ¿de qué hablan exactamente? El sistema de atribución les falla. Cuando se refieren al feminismo o a las políticas que favorecen la igualdad como “ideología de género”, obvian que la única ideología de género que ha existido ha sido la machista y patriarcal.
El término ideología, al menos desde la crítica de las ideologías realizada por Marx, remite a un conjunto de ideas que dan una imagen o representación falsificadora de la realidad. Y a esta altura de la película tenemos muy claro cuál ha sido la ideología de género dominante: la que ha excluido y oprimido a la mitad de la población, la que ha evitado, a toda costa, el acceso de las mujeres a la igualdad real. La que aún hoy, pretende decidir cuándo, cómo y dónde debemos parir y a qué precio. La que oculta su existencia y nos devuelve a la cuarta estrategia: “¿Qué machismo?” “¿Qué patriarcado?” “¿Qué reacción?”.
¿Qué hacer? Sin duda la respuesta a esta pregunta es harto compleja. Pero hay dos estrategias que no supimos o no pudimos poner en práctica en otras reacciones y que pueden marcar la diferencia en ésta: permanecer unidas y no olvidar nunca —nunca, nunca, nunca— que “lo personal es político”.
No somos unas inadaptadas, reclamamos lo que es nuestro. No fallamos nosotras, nos falla el sistema. Frente al divide y vencerás, debemos recordar que la unión hace la fuerza.
Vía TF
Sobre la autora: Doctora en Estudios Interdisciplinares de Género. Licenciada en Filosofía. Máster en Estudios Interdisciplinares de Género. Máster en Enseñanza de la Filosofía. Estudios de doctorado en Filosofía Teorética. Especialista Universitaria en Cultura y Violencia de Género. Máster de Género y Políticas de Igualdad entre mujeres y hombres. Profesora de Filosofía, Investigadora y Consultora de Igualdad.
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