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¿Facebook o alguien puede resolver el problema de la manipulación política digital?

El anuncio que Facebook hizo el martes, de que había descubierto y cerrado una amplia campaña de desinformación iraní debería hacernos sentir mejoLa red social tardó en reconocer tales campañas como amenazas antes de las elecciones presidenciales norteamericanas, y seguramente merece cierto reconocimiento por lo que Mark Zuckerberg describió como el cambio de la compañía de “detección reactiva a proactiva” de operaciones coordinadas de propaganda.

Pero no fue sólo Irán, y no sólo Facebook.

YouTube también dijo que había eliminado contenido vinculado a la campaña iraní. También lo hizo Twitter. Y Facebook dijo que también había eliminado las páginas derivadas de una operación de propaganda rusa que no estaba relacionada con la campaña iraní.

Y hay más: Microsoft anunció esta semana que descubrió una campaña de piratería rusa destinada a las think tanks conservadoras en los Estados Unidos. Y el miércoles hubo noticias de que esta semana intentaron penetrar en la base de datos de votantes del Comité Nacional Demócrata.

Todo eso en tres días. (Y Facebook eliminó otra campaña de influencia el mes pasado que era de origen incierto, pero podría haber sido operada por rusas).

¿Te sentís mejor? Sí, yo tampoco.

Estas revelaciones de goteo por goteo inspiran algo así como lo opuesto a la confianza. Encontrar una cucaracha en la cocina, por ahí da más satisfacciones. Si encontrás dos, y luego otra, y muy pronto otra, vas a preguntarte si deberías incendiar tu casa.

Y estas revelaciones de travesuras subrayan la novedad de las amenazas con las que nos enfrentamos y cuán poco preparadas estamos para manejarlas.

Algunas de estas divulgaciones se refieren a actividades delictivas reales. Pero otras, como la campaña iraní, describen un tipo de conducta más difusa, una que no es obviamente ilegal, y cuyas tácticas equivalen a algo que mucha gente hace todos los días: mentir en Internet.

Dado el área gris que ocupan algunas de estas actividades, descubrir qué hacer con cada revelación, cómo evaluar su impacto potencial y nuestra capacidad colectiva para responder a ella, será la próxima gran tarea de la sociedad digital. Y la tarea es mucho más grande de lo que ninguna de nosotras se da cuenta ahora.

“El trabajo que ahora ven de Facebook, Microsoft y otras para ser más proactivas es una tendencia que es positiva; es parte de la solución, y me gustaría ver que esa tendencia continúe”, dijo Graham Brookie, directora de Digital Forensic Research. Laboratorio en el Atlantic Council, un grupo de expertas que ha estado trabajando con Facebook en cuestiones de seguridad electoral.

Pero Brookie agregó: “¿Es esto una solución? No, definitivamente no.”

Una solución, dijo, implicaría un ajuste de cuentas en toda la sociedad con el problema de las vulnerabilidades que Internet ha descubierto en la sociedad democrática. Una solución implicaría que los gobiernos tomara la iniciativa en ese esfuerzo, lo que realmente no está sucediendo en este momento. Una solución también involucraría a las ciudadanas cada vez más atentas sobre lo que ven en línea, cómo responden y el efecto que tiene en sus vidas políticas.

E incluso con todo eso, es posible que no obtengamos realmente una solución real. En cambio, lo mejor que podemos esperar es algo así como un juego de gata y ratona en curso entre buenas y malas actrices online: una lucha que nunca termina, pero cuyo daño al menos podemos esperar reducir.

Ese es el juego largo. El juego corto es bastante más deprimente.

Pensá la pregunta más apremiante: ¿Cuán segura deberías estar de que las próximas elecciones estarán a salvo de las operaciones de propaganda en línea? La respuesta más probable: Nadie lo sabe con certeza, pero probablemente no muy segura.

Facebook y otras compañías tecnológicas están intensificando sus esfuerzos para vigilar sus sitios antes de los exámenes de mitad de período norteamericano. Pero algunas de las amenazas que han detectado hasta ahora tienen poco que ver con las elecciones. La operación iraní, por ejemplo, ha estado sucediendo durante años y, a juzgar por parte del contenido publicado en estas páginas de Facebook, no estaba dirigida directamente a las elecciones estadounidenses, sino a la política estadounidense.

En una entrevista el martes, Zuckerberg argumentó que Facebook ha estado progresando para mantener las elecciones seguras, habiendo aprendido de varias carreras en todo el mundo desde 2016.

“Hubo elecciones en Francia, Alemania, Alabama, Mexico, y en cada una de estas elecciones, nuestros sistemas han podido encontrar muchas cuentas falsas que intentaban potencialmente hacer cosas malas en el sistema” dijo.

Cada vez que la empresa encuentra algo, Zuckerberg agrega: “Mejoramos la identificación de este tipo de actividad por adelantado y ponemos barreras para quienes intentan abusar de estos sistemas”.

Sus palabras son algo tranquilizadoras, pero sólo porque parecen el mínimo indispensable que una empresa como Facebook debería hacer.

Alex Stamos, quien hasta hace poco era la principal oficial de seguridad de Facebook, tiene una visión más tenue.

En un artículo publicado el miércoles en Lawfare, un sitio de noticias que cubre la seguridad norteamericana, Stamos escribió que la serie de ataques revelados por Facebook, Microsoft y otras evidenciaba que “las adversarias de Estados Unidos creen que todavía es seguro y efectivo atacar”.

El hecho de que el gobierno yanqui no haya abordado estas amenazas ha dejado a Estados Unidos “desprevenida para proteger las elecciones de 2018”, dijo Stamos. Esbozó un conjunto de pasos legislativos, regulatorios y de aplicación de la ley que las estadounidenses podrían tomar para asegurar su casa digital.

Si nos movemos rápido, dijo, podríamos salvar las próximas elecciones.

Vía NYT

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