Es muy curioso el loop de las megaempresas digitales: les encanta destruir la razón por la que se hicieron grandes. Google, por ejemplo, se transformó en un buscador líder producto de que su algoritmo lo hacía muy superior a las competidoras de la época (donde las argentinas tuvimos Gauchonet por ejemplo, que era un gran competidor de Google allá por el 98): era un buscador que realmente permitía buscar. En la actualidad Google ya no busca en Internet sino en tu vida misma y luego selecciona entre sus resultados cuáles te mostrará de acuerdo a lo que la corporación esté pensando sobre vos. De esta manera, si no borrás las cookies frecuentemente, Google termina haciendo que sea muy difícil encontrar algo poco habitual. Netflix ha dado un paso en ese sentido y ahora incluye una molesta publicidad que hoy te enseñamos a quitar.
A nadie le gustan los ads. A NADIE. Esto, por ejemplo, hizo que el concepto de Freemium de Spotify funcionara muy bien: su histórica relación del 25% de usuarias con suscripciones de pago (sobre la base del total de usuarias) va en aumento. Simplemente porque prestan un servicio que satisface las expectativas de la gente. El caso de Netflix es el mismo: se transformaron en una alternativa válida y agradable a la TV, donde sólo unas pocas recurren en búsqueda de información local (de tu país o tu provincia, dependiendo del nivel de alejamiento social que tengas). El tema está en que ahora Netflix quiere sacarle más dinero a la gente. Y ahí comienza la tensión: si Netflix sigue en esta postura ganará más dinero pero perderá usuarias. En en el fondo no deja de ser una buena noticia ya que si concreta sus planes de dominar la cultura, las usuarias nos quedaremos sin ella salvo que le paguemos, por lo que menos usuarias transforman a la corporación en un lugar para menos personas y en consecuencia en uno con menos peso a la hora de definir de qué manera las personas vemos series, películas, documentales, etc. Las usuarias no vamos a dejar de ver cine, simplemente nos iremos a otro lado. En Internet, la fidelidad dura lo que un disgusto. Andá preguntarles a las de MySpace sino.
Este experimento de Netflix incorpora una función publicitaria que recibe el nombre de pre-roll: se trata de una publicidad que vas a estar obligada a ver antes de cada capítulo o película que reproduzcas. Según dicen en la empresa, son tráilers 100% personalizados (la peor palabra a la hora de hablar de publicidad, personalizar significa espionaje, sin él no hay forma de personalizar) en función de sus visualizaciones previas. Es una función que no está activa en todas las cuentas, pero quienes gusten de las funciones experimentales que brinda la gigante del streaming sí la están sufriendo.
Los tráilers pueden ser una gran forma de que las usuarias accedamos a nuevos contenidos, el problema está en el cambio de reglas de juego, en la obligatoriedad del visionado y en el espionaje, que son 3 cosas que a las usuarias nos molestan, están allí porque no existe todo eso ¿por qué insisten en crear un mundo peor? Digo, la razón por la que las personas comenzaron a contratar servicios de streaming es la reproducción en demanda y sin publicidades, al mismo tiempo es la razón -junto a un precio económico- por la que además pagan, ‘no me rompan los ovarios’ parecen decir. Actualmente la función es utilizada para promover la programación propia de la compañía o películas que pronto desaparecerán de la plataforma y no hemos visto.
Se puede decir mucho más pero no entraste a esta nota a buscarlo y no queremos atacarte con más clickbite. Para desactivar esta función y eliminar completamente estas vistas previas, tráilers o troleos de la plataforma en contra de las usuarias, basta con desactivar la función desde la opción de ‘Participación en pruebas’ dentro de tu cuenta de Netflix. Y listo. Al menos por el momento podés seguir disfrutando de tu experiencia. Eso sí, hasta que a ellas se les ocurra quitártela y cobrarte por volver a vivirla.
¡Happy Hacking!