Cómo encriptar tu teléfono (y por qué deberías hacerlo)

xencryption hero

Aunque no tenemos pruebas de ello, por lo que esto es una especulación, existen indicios notables en los smartphones que los muestran como especialmente diseñados para infiltrarnos. Se trata de un concepto bastante autoritario y que viola la buena fe: la gente usa su teléfono como si fuera de ella, y como si estuviera hecho efectivamente para que se comunique. El asunto es que si una ve los permisos que piden las aplicaciones, las funciones ‘automáticas’ que activan la geolocalización en los Android sin nuestro pedido, y lo combina con los miles de descubrimientos que la comunidad hacker viene denunciando (como el seguimiento y la individualización de las ciudadanas utilizando el ultrasonido, por ejemplo), queda claro que nuestro teléfono es una suerte de filtro de nuestra vida personal. Un filtro ‘transparente’ en el que queda todo lo que compone nuestra identidad (entendida la identidad como todo lo que nos hace nosotras: nuestra imagen, gustos, opiniones sobre otras y sobra nosotras mismas y el largo etcétera de todo lo que hace que vos seas vos, aunque tengas una gemela homónima). Lo que queda en el filtro se vende. Me reformulo: los smartphones no son un filtro, son un ataque ‘Man in the Middle’ (alguien se interpone entre vos y tu destino).

Perder el teléfono o simplemente no desear que una corporación obtenga dinero vendiéndonos a empresas y gobiernos, o el nimio deseo de tener una intimidad íntima, son algunas de las razones más habituales para cifrar tu teléfono. Suena a gran cosa, pero cifrar es algo así como fusionar todos los datos con una contraseña. Luego de la fusión, le cortás un pedacito al resultante y te lo llevás. Ese pedacito (la contraseña) funciona como una llave: al volver a colocarlo los datos son accesibles, al sacarlo no. Y solo vos controlás ese pedacito. Tan simple y tan complicado como eso.

Toda el mundo guarda en su teléfono material sobre sí misma que pretende compartir sólo con algunas personas. Intimidad se llama, es tan vieja como la humanidad, imagino. El asunto es que al perder el teléfono no sólo te quedás sin linea (porque siempre se puede recuperar la agenda desde la cuenta de correo que usás en el teléfono, claro, sólo si la sincronizaste), sino que además te quedás sin intimidad y todo lo que pusiste en él (lo hayas borrado o no) está accesible. Encriptar tu teléfono hará que esos datos no sean accesibles sin la contraseña que utilizaste. No quiere decir que los borre, sino que los ilegibiliza: están ahí, se pueden ver, pero no se pueden acceder porque les falta un pedacito para que sean visibles, en consecuencia, los archivos no sirven. Es una forma muy metafórica de hablar de cifrado, pero me parece útil en lo pedagógico, si viene al caso.

¿Bloquear la pantalla o encriptar?

Cuando bloqueás la pantalla no protegés tus datos sino el acceso a tu teléfono. No podés evitar que alguien que se lo encontró con la pantalla bloqueada acceda a tus datos conectándolo a una computadora vía USB. Bloquear la pantalla es como atar una tranquera con una soga: si alguien quiere, desata el nudo y entra. Por lo que no se resuelve el problema del acceso a tu información. Para que tu información sea intima aunque esté a la vista de toda el mundo, hay que cifrar. Nadie sabe qué hay dentro de una caja fuerte con sólo mirarla.

Cómo cifrar tu Android

Antes que nada te comento que muchos teléfonos se ponen un poco más lentos luego de cifrarse. Esto se debe a que la velocidad de lectura y escritura del teléfono se reduce y todo redunda en menor fluidez y velocidad, aunque dependiendo del teléfono puede no pasar o no ser perceptible. En caso de que tu terminal sea muy antiguo, no recomendamos encriptar porque puede terminar pareciendo un teléfono con discador. También hay que decir que una vez que encriptaste no hay vuelta atrás. Cada vez que arranques el teléfono o lo reinicies vas a tener que poner tu contraseña. La única forma de quitar la encriptación es restablecer la configuración de fábrica, esto es: borrar tus datos.

Ahora así, vamos a encriptar.

Lo principal es conectar el teléfono al cargador ya que es un proceso bastante largo, que consume recursos y no queremos que quede trunco. Además de esto tenés que elegir un PIN o una contraseña para desbloquear ya que el reconocimiento facial ni los patrones de deslizamiento funcionan para desbloquear la pantalla.

Luego de que elijas tu PIN o contraseña, andá al apartado ‘Seguridad’ en el menú de Ajustes/Configuración y pulsá en ‘cifrar teléfono’. Luego de esto toca confirmar el pin o contraseña y esperar a que termine el proceso que puede llevar hasta una hora. Es muy importante NO interrumpirlo.

Si tenés conectada una tarjeta microSD sus datos también van a ser cifrados, por lo que no vas a poder usarla en otro aparato salvo que antes los desencriptes (si podés), por lo que si usás esa tarjeta como dispositivo extraíble, mejor quitarla del teléfono antes de cifrar.

Una de las incorporaciones interesantes de la última versión de Android (Nougat) es que podés seleccionar qué cifrar y no tenés por qué hacerlo con el teléfono entero. Esto es útil por ejemplo para cifrar WhatsApp y poder seguir usando el desbloqueo normal del teléfono. Este proceso se conoce como cifrado a nivel de archivo, es más veloz y menos afectante del teléfono, pero… requiere una versión reciente del sistema de la androide, por lo que no está a la mano de todas.

En fin, cifrar un teléfono es bastante sencillo aunque lleva tiempo, pero es la mejor forma de asegurarnos privacidad tengamos o no nuestro teléfono con nosotras.

¡Happy Hacking!

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