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Cómo tirar abajo el spam y las estafas telefónicas

Suena el teléfono y alguien exclama: ‘llamamos para ofrecerle un nuevo beneficio del banco XXX’. Colgamos. Es curioso cómo los teléfonos de línea fija se han transformado en un canal de spam constante. Ya casi nadie los usa, incluso hay gente que ni siquiera los atiende. La razón es simple: es la puerta a nuestro hogar que usan las corporaciones mediocres, la clase política y las estafadoras. ¿Por qué atender?

Tenemos pendiente una nota al respecto, pero producto de la cantidad de gente que ya está harta de este tipo de cargas contra las personas existen en el globo distintas recopilaciones de situaciones bastante hilarantes. En lo personal, suelo responder que no doy información por teléfono. Es interesante ya que todo puede responderse de esa forma y las telemárketers no tienen cómo avanzar.

– Buen día, quisiéramos hablar con la titular de la linea ¿se encuentra en casa?
– No doy información por teléfono.
. ¿Cómo dice?
– No doy información por teléfono.
– Pero queremos ofrecerle un beneficio exclusivo como cliente de XXX. ¿Podríamos hablar con ella?
– No doy información por teléfono.
– Señora, ¿cómo se llama ud?
– No doy información por teléfono.
(ad inifinitum)

El resultado es interesante ya que logré que una veintena de compañías que me asediaban telefónicamente dejaran de llamar. También podemos contra-atacar y responder algo tipo ‘ahora no puedo hablar, por favor dejame tu número y te llamo yo’ y similares. Hoy te hablamos de alguien que se hartó de este tipo de situaciones pero era víctima de otras corporaciones: las scammers. Gente que busca hacerte pisar el palito para beneficiarse con eso.

Roger Anderson creó The Jolly Roger Telephone Company, un emprendimiento cuyo objetivo es erradicar a las estafadoras telefónicas. La historia comienza cuando la hija de Roger Anderson, de 14 años, fue insultada por una estafadora telefónica. Las estafadoras no sabían que Anderson es consultora profesional enfocada en la telefonía. Su respuesta a la desagradable situación vivida por su hija fue crear un ejército de bots destinado a atender llamadas telefónicas falsas y encontrar a las personas que se encuentran detrás de las estafas.

Un bot es un ‘robotito’, una secuencia de acciones que se disparan ante determinados estímulos. En el caso de la botnet telefónica creada por Robert los bots responden de una manera bastante engañosa: se trata de grabaciones con frases pequeñas como ‘hmmm’, ‘si’, ‘no’, ‘ajá’ y similares que terminan engañando a las botnets estafadoras. Un doble engaño: una estafadora programa su botnet para que te llame y una vez que caíste en la trampa recibe un llamado hecho por su propia botnet que la conecta con vos. El resto de la estafa es humana. Pero si la botnet es engañada por otra botnet, lo que termina sucediendo es que la botnet ‘mala’ conecta a las estafadoras humanas con la botnet vengadora. El resultado es bastante entretenido: estafadoras víctimas de sus propias estafas y que a la postre terminan siendo identificadas y exponiéndose a ser denunciadas y juzgadas.

Tener una botnet de nuestro lado es realmente genial. Más todavía cuando hacemos que las estafadoras caigan en su propia trampa y luego de esa conversación recibimos una copia de la llamada por email. Claro, la gente que utiliza botnets para estafar personas por teléfono en realidad no tiene mucha idea de sistemas pero sí de estafas, por lo que podemos hacerlas caer en su propia trampa.

¿Cómo funciona la trampa? Se abre un popup en tu PC advirtiendo de una infección y que tenés que llamar a un soporte técnico. Llamás y te estafan. Punto. Pero… ¿y si la que llama a las estafadoras es una botnet?

Al principio Anderson se preocupó por el daño que podría causar su maquinación, pero harta de este tipo de ataques conectó su botnet y realizó 100 llamadas, en 20 canales en simultáneo al número proporcionado por las estafadoras. Las estafadoras atendieron, hablaron con los bots, comenzaron a colocarlos en espera, los insultaron, se empezaron a insultar entre sí mientras se preguntaban qué estaba pasando. Cuando atendieron la llamada número 300… desconectaron el número desde el que atendían. Había muerto la botnet estafadora, al menos por ese canal.

Una interesante alternativa para devolver un poco de molestias a quienes se aprovechan de la ignorancia ajena para beneficiarse económicamente. Mirá el resto de la iniciativa en la web oficial del proyecto.

Vos también podés colaborar con que esto no siga sucediendo.

¡Happy Hacking!

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