Hoy te invitamos a testear una aplicación que resulta una suerte de boca prestada: con ella podés probar aplicaciones sin instalarlas. Esto se hace a partir de una virtualización, pero no es lo único que hace Cameyo, la app en cuestión, cuyo desarrollo está alcanzando los 6 años (nada despreciable para una app) y que incorpora actualmente funciones de almacenamiento en la nube y ejecución de apps sobre entornos HTML5, por lo que cualquiera que esté interesada en cargar sus propios programas a los servidores de Cameyo y abrirlos con un navegador compatible… puede hacerlo.
Las apps portátiles son bastante valiosas. Podés trasladarlas de una máquina a otra sin que existan consecuencias y tienen un perfil más ‘limpio’ que las competidoras tradicionales que requieren de instalación. El tema es que tarde o temprano terminás en el lado oscuro de cada app y te topás con que dejan archivos huérfanos, basura en el registro y otras cuestiones que terminan perjudicando el ‘ecosistema’ de software en que se convierte una máquina luego de un tiempo de uso. Cameyo nos da la posibilidad de transformar en portable prácticamente cualquier app, ya que basta con subirla y ejecutarla como para que Cameyo la virtualice y quede a disposición para cuando quieras ejecutarla.
Se trata, como te decía, de una plataforma para virtualizar aplicaciones individuales. El procedimiento requiere que descargues una copia de la app (que es la que se encarga de crear un entorno virtual)) y dentro de ella instales la app que querés transformar en portátil. Luego de esto, Cameyo se encarga de capturar todos los archivos relevantes, al igual que cualquier cadena de registro y luego procesar ese contenido para transformarlo en un instalable.exe que no tiene dependencias externas.
Por último, esta app tiene una importante presencia en la nube. Desarrolladoras, educadoras y compañías pueden utilizar su infraestructura para distribuir aplicaciones de forma sencilla o expandir su alcance a entornos de ejecución HTML5, lo que hace que sea posible utilizarlas desde navegadores como Chrome o Firefox. Paralelo a esto, también permite que sistemas que sí son operativos (como Debian) accedan a apps de Windows.
¿Qué necesitás? Bajártela, instalarla, virtualizar y subirla.
En 4 pasos tenés tu app portátil.
¡A disfrutarla!