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TRANSformers: corto satírico sobre la corrección política

Uno de los vectores de los que más se aprovecha la moral dominante -que no es más que la moral de la clase dominante y sus acólitas- es la cultura. Allí se imponen conceptos maniqueos como el de bien y mal, correcto e incorrecto, normal o anormal y afines. Esto hace que sea bastante difícil cambiar concepciones violatorias de derechos, porque pasan de ser ‘moral’ a ser ‘buenas costumbres’ y luego ambas, para más tarde incluso apoyarse en legislación con una diversa cantidad y calidad de penas -siempre crueles, degradantes e inhumanas- para aquellas personas que osen no hacer de su vida lo que las demás quieren que hagan. Libertad, que le dicen.

Así, mujeres, homosexuales, pobres, negras, amarillas, rojas, calvas, gordas, flacas y cualquier persona que se salga de lo que la ‘moral’ y las ‘buenas costumbres’ determinan como obligatorio, está sufriendo una condena: el estado decide sin tu consentimiento qué podés y debés hacer con y en tu cuerpo, sobre tu posibilidad de amar, tu posibilidad de tener (o no) sexo con quien te plazca, dónde podés trabajar, cuánto podés ganar, bueno, con tu vida en general. Pero el estado llega a ese punto como resultado del ejercicio de poder de las clases dominantes. Cuando el estado no te puede castigar, te castiga directamente esa clase, lo puede hacer personalmente o a través de sus repetidoras (gente abraza los deseos de la clase dominante, siempre desde posturas genuflexas). Decimos que somos libres, pero hay mucha gente que tiene que esconderse para tratar de ser feliz.

Algo realmente genial que tiene Internet es la posibilidad de toparse con materiales como el que te invitamos a ver hoy. En los últimos años las colectivas que se enfocan en hacer notar las conductas cotidianas que violan derechos de las personas han logrado avances interesantes. El tema de la diversidad es uno que suele confundir a muchas personas que no distinguen género de sexo, aunque al respecto hay algunos debates -muy interesantes por cierto- que son sobre todo teóricos, pero que producto de que se trata de formas de concebir el mundo, a nosotras mismas y a las demás, tienen un correlato directo en la realidad. La realidad, no es más que una concepción, aunque eso de que es lo único que no desaparece cuando cerrás los ojos -por parafrasear Philip K. Dick- sigue siendo real.

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Para dejar de violar los derechos de las demás, social, individual o colectivamente, no alcanza con cerrar los ojos. No sé vos, pero yo nunca tuve que decirle a nadie que soy heterosexual, ni me discriminaron por enamorarme de una persona, ni me negaron el trabajo, ni un estado, una iglesia, ni nadie me dijo por quién debo sentir deseo, a quién debo amar, con quién relacionarme, tampoco me persiguió la policía por mi vestimenta, por mi color de piel ni por cuán poco o mucho dinero tengo en mis bolsillos. Pongo ejemplos generales, pero el nivel de penetración cultural del machismo y capitalismo son tales que cuando alguien te pregunta ‘¿Y? ¿Para cuándo los confites?’ -que reviste qué tenés que hacer en determinados momentos de tu vida para no ser discriminada- resulta grosero contestar ‘para cuando yo lo decida’ o ‘¿por qué te metés en mi vida sin que te invite?’. El hecho de que sea ‘grosero’ o ‘mal educado’ tener este tipo de respuestas, es justamente la muestra de cómo la clase dominante opera en nuestra intimidad, calificando como negativas conductas que sólo reclaman libertad.

Hoy te invitamos a ver TRANSformers, un corto humorístico de 4 minutos y chirola plagado de ironía, cinismo y mucha crítica respecto de este tipo de situaciones en que no dejamos vivir a las demás personas sólo porque no hacen lo que nosotras queremos que hagan (porque la libertad, sólo puede ejercerse en favor de las demás…).

El corto fue desarrollado por Tom Hinchliffe y Don Greger, dos brillantes que se presentan como un par de milennials (gente que nació entre 1980 y 1999) narcisistas, buenas para nada, que se dedican a elaborar cortos humorísticos, bizarros, ácidos, críticos (entre otras características destacables) y publicarlos como FlashGitz, tanto en su página oficial como en sus canales y perfiles en redes antisociales.

El de hoy se adentra fuertemente sobre la concepción de qué es ‘políticamente correcto’ y qué no. No hemos encontrado una versión subtitulada, aunque intentaremos traducirla para que pueda disfrutarse en idioma original. Por el contrario, sí hemos encontrado una versión doblada por españolas, con los bemoles que esto significa para todas las personas que no hemos nacido allí, a lo que se suman desfajes y otras situaciones que atentan contra la calidad del corto, que es realmente alta e incluye situaciones de actualidad de una forma realmente desopilante.

En fin, una forma muy seria de presentar algo muy gracioso. Disculpas para FlashGitz por tanta solemnidad.

TRANSformers (idioma original)

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TRANSformers (doblada por españolas)

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¡Happy Hacking!

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