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Hasta las terroristas caben en la tipología de la pobreza

Una de las malas conductas dentro de la red es haberse convertido en la mirada de la moral.

Ya desde hace un tiempo están aflorando en la red páginas con un solo objetivo: La delación. Donde más afloran es la red social del colorado simpaticón: Facebook.

Allí nos encontramos con: www.facebook.com/YoDenuncioTucuman

Varias más que sólo se llaman YoDenuncio con guión, sin guión, con minúsculas, con mayúsculas, con paréntesis.

Otra que agrega el TE y denuncia a políticas y amigas del poder. (www.facebook.com/yo.tedenuncio.9).

Yo básicamente estoy en contra de toda criminalización o intento de criminalizar por cualquier medio, pero mi ámbito es la red.

La criminalización en la época de la red es peligrosa; muchísimo más peligrosa que la criminalización de la época de la impresión o de la época de la imagen, porque el impacto es distinto y la viralización también. Se pasó de lo local a lo global. Por eso; les propongo pensar este fenómeno y porque la segunda me despierta alguna simpatía, mientras la primera sólo rechazo.

La criminalización es una construcción de la otra como enemiga; como residuo peligroso. Pero fundamentalmente como receptora de nuestros miedos, sobre esa base desde los medios de comunicación se nos instruye: LAS POBRES SON PELIGROSAS. Esto no es de ahora, a lo largo de la historia la pobre siempre ha ocupado ese lugar de la otra diferente desde la leproso, a la paria, a la bruja, a la gaucha, a la cabecita negra, a la negra de mierda y así, esto se repite una y otra vez. Hasta las terroristas encajan en la tipología de la pobre. Entonces la sociedad que se cree incluida justifica la persecución de la pobre por portación de cara, por estar protestando, por defender y ocupar tierras.

Esta práctica ahora se ha desplazado a la red y fundamentalmente desde la refloración de los miedos que despierta el saqueo. ¿Qué es el saqueo? Evidentemente nada despierta más miedo que el que las más pobres estén en la calle invadiendo barrios, destrozando comercios y llevándose como si de un ejército bárbaro invasor se tratara, todas nuestras “reservas de confort”. Saquean nuestros alimentos dejándonos sin carne, ni nueces, ni bebidas solo nos dejan los fideos secos y las aguas; también arrasan con los electrónicos: eso demuestra que son sólo ladronas. Se plantea en Facebook, el discurso de algunas gobernadoras opositoras y oficialistas y varios medios de comunicación; para justificar la feroz represión.

La realidad es otra muy distinta; la saqueadora roba lo que no puede poseer.

Es el mecanismo de constante exclusión, lo que hace que esta persona prefiera robar un plasma a un kilo de bifes o un kilo de arroz. Yo no justifico el robo, sí lo comprendo.

Hace unos años escuché al cómico Enrique Pinti decir en Rosario, donde había ido a deleitar a su público con su salsa criolla: “un buen gobierno busca terminar con la pobreza y esto no lo digo porque soy un comunista. Es sólo una cuestión de viveza, si seguimos produciendo pobres nos van a comer a las beneficiadas…”, le planteó a una sorprendida periodista de canal 3. Esa frase me quedó grabada, porque era por un lado terriblemente certera y por otro ingenua desde el liberalismo.

Esta práctica que se reduce a una persona delatando a otra; es una práctica antigua. Entre los antecedentes más antiguos podemos catalogar a la esclava delatando a Hipatía, para que sea despellejada por los hordas de Cirilo o en el extremo contrario a Judas delatando a Jesús para que lo crucifiquen las romanas; hasta esta persecución virtual que termina con el castigo analógico, donde una hacker es condenada a cadena perpetua o una pibachorra cae frente a unas uniformadas que muchas veces han nacido en el mismo barrio y hasta comido las mismas papas hervidas.

No denuncie: vigilar es el trabajo de la policía.

La policía no protege a las pobres, protege la propiedad privada.

Una de las denunciadas por la página YoDenuncioTucumán es una chica ; entro a su muro y descubro a una chica como cualquier otra de las comunidades excluidas de Tucumán, que manda mensajes a sus amigas, examigas, novias, ex, desilusiones y pequeñas victorias. Recorriendo a todas las denunciadas, las mismas páginas referidas dentro de Facebook desde el muro de delatoras virtuales y se encontraran con personas iguales a nosotras o a nuestras hijas, con esas realidades que van desde la ilusión a la desilusión, de la cumbia al pop de Justin, del mostro cupé a la bestia chopera. Cuando hago el ejercicio contrario y recorro las páginas contrarias me encuentro con las mismas realidades. O sea delatoras y delatadas son pares; personas que cotidianamente se enfrentan a los mismos problemas y necesidades.

Ante esto que les relato me pregunto ¿es más fácil distribuir la vigilancia y el control que la libertad? Podría contestarles pero prefiero que sean ustedes quienes se pregunten y contesten. Fundamentalmente si es mejor un estado de vigilancia permanente a una libertad responsable, donde como pares distribuyamos los recursos y el confort; yo creo que debemos terminar con la producción de pobres; no por lo que apunta Pinti, sino porque no es justo. Déjenme ser aquí aún más ingenua que él.

¿Criminalizar a la pobre o al crimen?

Distinto es el caso de la segunda página porque no es una delatora; es una denunciante. En Yo Te Acuso; una salteña denuncia al poder y sus amigas; como montan la trata de personas y la prostitución infantil, protegida por la complicidad policial. Esta personaje necesita del anonimato para que no le suceda lo que ya le ha sucedido a otras denunciantes; pero confía en una red social donde nadie es anónima. En este caso; más allá de mis pruritos como hacker y user de software libre, debo reconocer al David enfrentando a Goliat. Salvando las grandes diferencias podría reconocer a la solitaria denunciando al poder. La cantidad de seguidoras a esta segunda página es mucho menor; lo que me lleva a preguntarme ¿Qué perseguimos cuando denunciamos? ¿Criminalizar a la pobre o al crimen?

Afuera una pobre corre perseguida por justicieras linchadoras; mientras una política cobra un aporte de campaña de una conocida mujer de la noche. La pobre muere sola, su hermana es drogada y prostituida en el local de la amiga de la política. Lo virtual es una ilusión, el mundo sigue funcionando analógicamente, con niñas secuestradas, drogadas, prostituidas y asesinadas; con pobres criminalizadas, con una educación cada vez más restringida al libre pensamiento y el conocimiento.

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