Nueva intentona contra la seguridad de Telegram

qué es telegram

Telegram es una aplicación que se presentó como una forma segura y privada de compartir mensajes en la red. Saltó a la fama cuando sus desarrolladoras desafiaron al mundo ofreciendo una enorme recompensa a quienes descifraran un mensaje codificado. No era una mera jactancia: Telegram incorpora un algoritmo robusto, que sus desarrolladoras creyeron tan seguro como para encriptar una dirección de email, y subir ese código a la red, informando que ese código que se veía era un email encriptado y notificando que cualquier persona que escribiera a ese correo recibiría u$s250.000 pues la mera redacción a esa dirección implicaba el rompimiento de la codificación que caracteriza al servicio. Flor de desafío, ¿no?

Si no la conocés, esta app surgió en 2013, tiene sede en Berlín y opera de forma gratuita tanto desde su API como desde los clientes en sistemas Android, iOS, Windows Phone y Firefox OS, así como en computadoras y aplicaciones web. Se trata de un servicio de emisión y recepción de mensajes, ubicaciones por GPS, multimedia, vídeos de alta duración y mucho más como búsqueda de contactos, canales de difusión, supergrupos, alias y otras formas de interacción social y digital.

Hace algún tiempo, Techzine, una web especializada en estos temas, calificó a Telegram con puntuación de 9.5/10 (casi máxima). ¿Por qué? Por u manejo y utilidad como alternativa de Snapchat. Los premios luego de esta calificación no pararon de sumarse y aunque es una app de uso masivo, está lejos de otras como WhatsApp, al menos por el momento, ya que desde que Zuckerberg compró la app de mensajería verde la gente que quiere a la CIA y similares lejos de sus bolsillos, no para de migrar a Telegram. Obviamente Facebook no se ha quedado con las manos cruzadas: en Junio de 2015 prohibió a Telegram crear una página oficial en su red antisocial, lo que luego fue seguido por un bloqueo de enlaces en Instagram en febrero de 2016.

Pero como dice el título, no todas son buenas para Telegram ya que según publica Gizmodo no es una aplicación tan segura como se quiere hacernos creer. Según nos informan allí -y según varias otras fuentes como expertas en cifrado de datos- Telegram tiene un gran número de problemas de seguridad. Uno de ellos es que la aplicación no cifra los chats por defecto, cosa que hace poco incorporó WhatsApp. Esto genera un problema: muchas usuarias se volcaron a Telegram pensando que el mero hecho de su utilización conllevaría una comunicación más segura, pero si no activan el cifrado… no hay mensajes cifrados.

Telegram desarrolló su propio protocolo de cifrado, algo que no termina de convencer a las especialistas que aseguran que lo mejor es volcarse hacia cifrados que cuenten con avales y auditorías universales (para esto es fundamental el software libre, como verás). Según The Daily Dot, el cifrado de Telegram es demasiado ‘casero’: filtra metadatos de las usuarias y roba la libreta de direcciones. Uno de los puntos flacos de esta app -pero que no deberían afectarla para nada sino todo lo contrario- es que fue utilizada por el ISIS para concretar un atentado. En esos días las corporaciones del espionaje llamaron a un intenso boicot contra el cifrado. ¿Por qué? Porque Telegram cumplió tan bien con su cometido que nadie pudo enterarse de lo que tramaban en ISIS. Ahora: resulta ridículo que las agencias de inteligencia del mundo pidan a las usuarias que no usen sistemas cifrados porque así no pueden espiarlas. Bueno, no, lo ridículo es que eso haya sucedido.

Según Ola Flisbäck, hacker analista de seguridad, existen todavía fallas de seguridad que permiten averiguar fácilmente las horas de conexión y desconexión de Telegram que tienen las usuarias, ya que es una información que se manda a todas las contactos sin que una se de cuenta.

Desde aquí, te invitamos a NO usar WhatsApp y migrar hacia otros servicios seguros, como Telegram y SpotBross, aunque el mundo te quiera convencer de que la mejor forma de mantenerte segura, es dejar entrar al estado norteamericano en tu vida.

¡A divertirse!

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