falsa libertad

“Estamos prometiendo una libertad que de antemano sabemos inexistente”

Hace ya 15 años las argentinas salieron a las calles bajo el reclamo de que “Se vayan Todos”. Esa manifestación popular derrocó al gobierno de la Alianza y durante los meses posteriores esas políticas volvieron a reorganizarse y confundirse con reclamos que salían de nuestras entrañas y les dolían en sus sienes.

En los doce años que siguieron al 2002 las argentinas creyeron, volvieron a confiar en sus “representantes” y a ponerse las camisetas partidarias. Creer las mentiras que se construyen con la complicidad de un muy aceitado encadenamiento de medios audio visuales y redes sociales; nos digitan desde un poder invisible y consideramos paranoicas a las que nos advierten de esta realidad.

Igualmente muchas resistimos y marchamos solas Contra Monsanto, Contra el Ajuste, Contra la Precarización, Contra la Opresión. En 1972 Joreem escribía un artículo que hoy gracias al Partido Pirata Argentino podemos leer en español, “La Tiranía de la falta de estructuras” donde explicaba cómo las organizaciones feministas y de izquierda se encontraban en un problema de organización para la acción debido a que se habían dado organizaciones sin lideres, esta era una respuesta a la estructuración crónica del sistema de opresión.

Han pasado ya 44 años desde la primera aparición de aquel artículo y la problemática sigue vigente; por un lado cada vez son más las que salen a resistir desencantadas con direcciones que consideran traidoras o no representativas de sus realidades.

Estas luchadoras se enfrentan a dos tiranías en sus propias filas: por un lado la de direcciones que se apropian de los lugares de dirección y no dan lugar al desarrollo de nuevas direcciones; por el otro al salir de esas estructuras burocratizadas se enfrentan por un lado a la falta de organización y estrategias para lograr armar estructuras nuevas no burocratizadas; tal vez el texto Hakim Bey “Zona Autonoma Temporal” pueda guiarnos en la formación de nuestras esquizo organizaciones.

Cuando la revolución nos sorprendio desde la selva de Lacandona, muchas teóricas nos hablaron de una revolución conceptualmente distinta; no se seguía como objetivo tomar el poder, sino crear un estado autónomo e independiente del Estado Méxica como planteaba John Holloway en “Cambiar el mundo sin tomar el poder”. El mundo viene cambiando más allá de que los sistemas de adoctrinamiento del poder funcionan aceitadamente.

La filosofa francesa Marcuse en su ensayo “El hombre unidimensional” diciendo que “los mass media constituyen la mediación entre las amos y sus servidoras”. Esta frase por demás dura nos pone ante una realidad que muchas veces no vemos o consideramos fruto de mentalidades paranoicas, como sí viviéramos en el universo de Matrix.

El bombardeo desde el entretenimiento, los videojuegos, la tv por cable y por aire (en esta como en internet hay irrupciones) es constante diciéndonos a todas cuál es nuestro lugar como sujetos productivas, productoras de bienes y servicios; el cine nos muestra familias perfectas con casas en Beverly Hills y paralelamente la dura vida de una chica de Oregón que está desempleada, es abusada y perseguida hasta que logra conocer a una buena mujer que le da un empleo en Beverly Hills. Aunque no lo parezca ese es el mensaje que nos muestra como funciona la meritocracia.

Aún en las inocentes producciones infantiles está el diseño de estrategias para formar un pensamiento inconciente para la sumisión al poder de las Corporaciones.

Tal vez; toda esta carga de subjetividades se reduzca a la frase de una amiga subsahariana “ La libertad sólo es posible, cuando dejemos de copiar al sistema capitalista; si producimos algo y en vez de distribuirlo, le ponemos valor por su demanda, si resistimos pero nuestros ejércitos también tienen generalas y comandantas y soldadas rasas; y fundamentalmente se las castiga como en los ejércitos de las capitalistas. Entonces estamos mintiendo prometiendo una libertad que de antemano sabemos inexistente”.

Es aquí donde debemos preguntarnos mientras marchamos sí podremos darnos estructuras asamblearias que puedan organizarse efectivamente y autónomamente o caeremos una y otra vez en los vicios de las estructuras insertas en un juego democrático que solo es una ficción de representatividad.

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