Uber: esa fantasma tan Gasparín

Una fantasma viene aterrorizando a las taxistas del mundo. Es una plataforma virtual para el móvil llamada UBER. Esta aplicación permite que cualquiera de nosotras se inscriba en una base de datos, donde aportamos todas las características de nuestros vehículos. En mi caso: bicicleta inglesa, color gris, modelo 70.

Entonces las ocasionales pasajeras pueden solicitar un vehículo y la aplicación busca por nuestra ubicación geográfica la más cercana, nos muestra el modelo, el costo del viaje y la conductora, si aceptamos el vehículo pasa a buscarnos y nos lleva a destino. En sí no es tan complejo, pero esta simpleza amenaza los puestos de trabajo de millones de taxistas a nivel mundial.

En realidad toda la tecnología implica el desplazamiento de personas. Desde la aparición del correo eléctronico el uso del correo se limitó al envío de impuestos y ahora estos también estan digitalizandose y enviandose por e-mail, lo que implica una inutilidad de la cartera y las empresas de correspondencia han bajado considerablemente su personal, limitándose al de encomiendas. Aún es muy dificil mandar un bulto por mail para que nuestra prima pruebe nuestra última creación el dulce de tutrafula.

Esta realidad también afectó en su momento a las empresas autopartistas con la robotización de parte de la cadena de montaje, lo que originó el desplazamiento de muchas obreras del sector.

Las voces que sostienen el neoliberalismo nos dicen que debemos adaptarnos a los nuevos tiempos, que nuestro mayor capital es nuestra capacidad de adaptación y trasladan incluso la culpa de nuestra miseria, exclusión y desocupación a nosotras mismas por carecer de esa capacidad de adaptación.

La tecnología es una herramienta que debe facilitarnos la vida, si por el contrario no sirve a la generación de mayores exclusiones de un porcentaje cada vez más alto de pares, al apriete de sectores de trabajadoras y al enriquecimiento de las poderosas esa tecnología no sirve. Es una tecnología patriarcal, fascista y por lo tanto amenaza a la humanidad.

La tecnología por sí sola no puede ser una amenaza, es en las manos de quién está y con que fines se monta. Hace muy poco le dije a un contacto mío manteniendo una discusión sobre tecnología: Skynet no es la amenaza, Skynet somos nosotras.

Todas sabemos que Skynet es la computadora que dirige a las robots de Terminator. Ahora Skynet fue creada para manejar un escenario de guerra y eso fue lo que hizo. El error estuvo en su creadora, en el origen de su diseño, fue creada para exterminar.

La única manera de que la tecnología sea una aliada de la humanidad es eliminando todas las patentes que bloquean su auditoría por los pueblos, imponiendo una política de fuerte distribución del que la renta básica universal puede ser un buen comienzo. Pero también debe haber un reparto de tierras para producción comunitaria, una fuerte defensa de la soberanía tecnológica, educativa y alimentaria.

Uber es hoy una amenaza para las taxistas, pero mucho más aún para la ciudadanía, porque de ponerse en práctica estaría haciendo legal la ilegalidad.

Lo digital, la app del móvil parece ser la solución a todos nuestros problemas, entonces los municipios se asocian a una desarrolladora y lanzan una plataforma de Democracia Directa que se limita a que toques la tecla verde para aceptar una política municipal, te dicen participa con nosotras, pero si vas a una manifestación te apalean, tu participación se limita a un click en tu móvil que les muestre la aceptación y el margen que tienen para hacer algo.

¿Querés un romance? Bajate la app y conectate con todas, para conseguir tu noche de aventuras. La empresa no se hace cargo si la cita termina en ritos sadomasoquistas.

Tal vez, es tarde para decirlo, pero siendo que hace mucho que estoy en esto del software libre la solución no está en el código, la solución está en la comunidad. En la capacidad que tenemos para trabajar juntas, defender nuestra autonomía, construir una sociedad donde todo se distribuya equitativamente. Y el camino tal vez sea alejarnos de tanta política con aplicación propia.

Hacé borrón y cuenta nueva.

Escribí una carta y mandala por correo. Pedí que se comuniquen con vos por correspondencia, construi tus redes sociales en el barrio, en la escuela y que puedan darse un apretón de manos o ayudar con el enlozado de la casa de la vecina, también si querés después pones “me gusta” pero después. Primero la charla, el apretón de manos, la risa, la cargada y pelear juntos por un lugar mejor.

Tomate un taxi o un colectivo, hacete amiga de las otras que esperan a ser trasladadas, no te encerrés en la pantalla de tu móvil, no llamés a un vehículo por Uber.

No perdamos nuestra humanidad y descubramos que una robot es más humana que nosotras al verla reclinada oliendo el perfume de una rosa.

Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Conflicto_entre_Uber_y_los_taxistas
http://pulsosocial.com/2016/03/29/conductores-uber-bloquean-calles-paris-protesta-vehiculos-sin-conductor-google/

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