espionaje

Video: Secuestros virtuales y redes sociales

Jack Vale es una comediante norteamericana que saltó a la fama con cámaras ocultas y bromas pesadas. Por suerte no se parece mucho a Tinelli, o al menos no he visto ninguna mujer cosificada ni cuestiones por el estilo en sus publicaciones.

Esta norteamericana se propuso un objetivo simple y divertido: demostrar cuánto se exponen las personas en las redes sociales al no cuidar qué información publican ni qué información colocan en la red. Para esto, abrió su cuenta de Instagram, Twitter y otras redes sociales, en una determinada zona, activó las opciones de geolocalización y buscó a otras personas que indicaran su locación en la red social, a las que fue saludando y haciendo comentarios que indicaban que tenía algún tipo de conocimiento sobre ellas. Así es que saludó a completas desconocidas por su nombre de pila, felicitó a otras por su cumpleaños, y otros comentarios que se mezclan en el vídeo que publicamos hoy.

Si bien Vale sólo se dedicó a demostrarle a cada persona el nivel de exposición que estaba teniendo -y con ello su vulnerabilidad- y además se trataba de un experimento, la información que recolectó puede utilizarse perfectamente para secuestros virtuales o para cualquier otro tipo de engaño, como secuestros virtuales o varios tipos de estafa.

Son millones las personas que a diario publican su información en redes sociales llegando a puntos absurdos. Te sorprendería la ENORME cantidad de personas que suben fotos de su tarjeta de crédito y su número de seguridad en Twitter y otras redes. Sólo una foto en un timeline, permite armarse un perfil bastante nutrido y profundo de qué hace y quién es una determinada persona.

Publicar tu número de celular en Facebook, además de tu geolocalización, el nombre de tus madres, mejores amigas, el de tu pareja, tus fotos, tu vida personal, el nombre de tu mascota es darle a desconocidas una llave maestra para tu vida. Cuando alguien pierde su celular, es común ver mensajes del tipo “chicas perdí mi teléfono, postéenme sus números así los agendo, éste es mi nuevo numero XXX-XXX-XXXX”, el mensaje es respondido sólo por el círculo íntimo, pero está disponible para todos los contactos de esta persona.

La promiscuidad respecto de la información que se brinda en redes sociales hace que sea muy fácil individualizarte. Mensajes como “en el shopping” o “yéndome a la montaña” nos dicen que no vas a estar en tu casa, si hemos visto tu perfil y vivís con alguien, podemos triangular la casa viendo las imágenes, tus propias publicaciones, contando además con la información de en qué barrio vivís, si es que no has publicado tu dirección exacta, con ello obtener tu número fijo, tu rutina diaria para saber en qué momento está tu familia, analizarlos y decidir llamar al teléfono fijo mientras te llamamos al celular para que de ocupado, o aprovechamos que en la montaña no hay señal. Seguirá inventar una historia, dar el nombre de alguna amiga (“hola, soy Roberto, se lo llevaron a Juan”), al hacerlo poner voz quebrada, producto de que estamos muy acongojadas de que se hayan llevado a nuestra amiga, y que la familia asustada por tan terrible noticia, no repare en que la voz de quien habla no es la la amiga en cuestión.

Todo esto producto de algunas fotos, de que perdiste tu teléfono, y otras cuestiones, pero fundamentalmente de que no cuidaste tu información y la pusiste dentro de una red social.

El asunto aquí es que no sólo estás exponiéndote a las malas intenciones de alguien que quiere sacar provecho del amor que te tenga tu familia, al mismo tiempo estás dando TODA esa información, incluso la que colocás como privada, a las administradoras de las redes sociales. El nivel de individualización que permiten las redes sociales y la cantidad de información que la gente ofrece o las redes consultan, te transforman víctima potencial ante desconocidas o víctima real frente a las dueñas de la red social que tienen a su disposición toda tu vida y la venden al mejor postor.

¿Qué objetivo tendrá Facebook al preguntar “creés que Mengana iría a una marcha por la paz? ¿Qué ideología política tiene? ¿Qué fe profesa? ¿Dónde estudiaste? ¿De qué trabajás? Y otras preguntas.

Mark Zuckerberg no necesita preguntarte a vos nada, nisiquiera que tengas cuenta en Facebook, basta con preguntarle a tus amigas (y lo hace).

Desde Tribuna Hacker, te recomendamos extremar precauciones y, en caso de que te resulte inevitable mantener un perfil dentro de una red social, proporcionar información lo más falsa y verosímil que puedas, además de alertar a tus amigas de que no deseás que divulguen tus datos e invitarlas a que hagan lo mismo. Es tedioso, casi como pedir que te den los 5 centavos de vuelto, pero es una forma de resguardar tu intimidad y la de tu entorno.

Dale una miradita al vídeo y sacá tus conclusiones. Por suerte, no es el vídeo de ningún secuestro.

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¡Happy Hacking!

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