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Mozcú: una plataforma de distribución musical potente (y sudaca)

Cuando al principio de los tiempos algunas muchachas comenzaron a golpear algo y a generar cantos y ritmos siguiéndole la onda a los bosques y a los árboles. Cuando algunas le empezaban a cantar a las diosas y las demonias de su época y así crear la música, poco sabían de cómo iba a continuar evolucionando la maravilla que inventaban. La música siguió sus caminos y fue buscando la forma de desarrollarse, dependiendo de las épocas y sus condiciones (cuando digo «forma de desarrollarse» me refiero a buscarle la vuelta para poder seguir tocando y, porqué no, vivir de ello). Gran parte de la música que llamamos «clásica» vivió mucho tiempo a costa de las dádivas de sus mecenas, las nobles con dinero que podían tener música a pedido. Otros procesos se fueron sucediendo, pero no es la intención ponernos minuciosas ni realizar la historiografía de las músicas y sus sueldos en esta ocasión.

Posemos nuestra mirada en los años ´50 y adelante: la explosión de las músicas populares, el rock y sus derivados, también fue la de la vigencia de los grandes sellos discográficos, que además de imponer sus condiciones a las músicas que se convertían en virtuales esclavas, negociaban con los medios de comunicación para guiar nuestro gusto. Decidían (o deciden) cuál iba a ser el hit del verano (¿O se creía usted, estimada lectora, que tiene la posibilidad de aprobar o no el hit del verano?). La historia claro que continúa y el paradigma de los grandes sellos semi estalinistas no se ha perdido todavía. Aún siguen pagándole a algunas radios para que nos atormenten con canciones repetidas varias veces al día.

mozcu

Pero la situación fue cambiando, las herramientas a disposición se fueron abaratando. Tener una computadora dejó de ser un gran lujo y se fue abriendo la posibilidad de que las músicas se graben en sus casas. Que los estudios de grabación salgan más baratos y que las lógicas de distribución de productos musicales fueran cambiando también.
Aparece Bandcamp como una posibilidad de vender los discos por internet, o Spotify que se queda con una sabrosa tajada de lo aportado por las oyentes.

La opción que el día de hoy acercamos tiene que ver con este nuevo paradigma de distribución de productos musicales y con la nueva época que se viene gestando. Lo opción que el día de hoy acercamos es la plataforma de distribución musical «Mozcú». Con sabor y esencia sudaca, esta página web contiene más de mil discos de bandas y músicas independientes que ofrecen sus trabajos para deleite del pueblo que busca música nueva. Tiene la particularidad, a diferencia de BandCamp, que permite escuchar los discos y las canciones gratis y de manera infinita, sin que aparezca ningún cartelito que te diga «es momento de pagar ¿no le parece?», algo que habla bien del entendimiento acerca de lo rata de las consumidoras argentinas y latinoamericanas. Además tiene la opción de descarga de los discos que nos hayan gustado en donde se puede pagar a las músicas lo que consideremos válido a pagar con el hecho loco de que el cien por cien de nuestro dinero va directo a las músicas, sin intermediarias ni nada que se la parezca.

Es así que la invitamos, estimada lectora, a que se acerque al sitio Mozcu.com, a que elija la portada del disco que más le guste y a que se apreste a descubrir música.

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