Terrible: otra ensambladora de iPhone e iPad se quitó la vida en China

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Se lo nombra, no sin segundas intenciones, como una potencia comunista. Todas sabemos, más todavía quienes señalan lo contrario, que China NO es comunista ni lo ha sido. Se trata de un país caracterizado perfectamente como un capitalismo de Estado de mano dura, explotación, burocracia, corrupción, y de todos los males y características propias del capitalismo extremo que bajo ningún concepto pueden colaborar con la mera idea de estar cercanos al comunismo. Es justamente esta caracterización de china (como lo fue el socialismo real de la URSS) la que se utiliza como propaganda contra el comunismo y otras formas de organización que intentan terminar con la sumisión y el oprobio.

China no es comunista y una de las principales pruebas, además del femicidio cosntante de bebas, es la tasa de suicidios de sus trabajadoras. Xu Lizhi fue un poeta de 24 años que se quitó la vida el pasado 30 de Septiembre lanzándose por la ventana de su dormitorio en Shenzhen, se trata de una de las ciudades chinas donde Foxconn, una empresa taiwanesa, ensambla productos para otras multinacionales. Entre otros productos ensamblan los iPhone, iPad, Xbox, Playstation, Blackberry y Wii. ¿Por qué? Porque el estado chino garantiza los bajos costos con la sangre y la esclavitud de sus trabajadoras.

Xu Lizhi, con él se abarataron costos para que una yanqui pueda escuchar música y hacerse la exclusiva.

Xu Lizhi escribió al respecto: “Taller, línea de ensamblaje, máquina, tarjeta de fichar, horas extra, salario./ Me han entrenado para ser dócil./ No sé gritar o rebelarme,/ cómo quejarme o denunciar,/ sólo cómo sufrir silenciosamente el agotamiento”. Quienes han podido acceder a su obra denuncian que “las obras literarias de este joven de 24 años resumen el lamento de toda su alienada generación” agregando que “decenas de obreros de Foxconn, donde trabajan 800.000 personas, se han quitado la vida desde 2009“.

El suicidio de Xu vira de forma diferente a otros ocurridos en la misma planta pues ha dejado viva muestra de su sufrimiento -y el de todas en China- en su obra. Sus compañeras comentan que Xu intentó en varias ocasiones dejar su trabajo como ensambladora para trabajar en alguna biblioteca o librería, cosa que le fue imposible. Sí logró colar algunos poemas en la revista interna de Foxconn.

La noche anterior a poner fin a su vida Xu apuntó estas palabras en su cuaderno el título “En mi lecho de muerte”

“Quiero tocar el cielo, sentir ese azul tan ligero/ pero no puedo hacerlo, así que dejaré este mundo./ Todos los que han oído de mí/ no se sorprenderán de mi marcha”.

Foxconn tomó mayor notoriedad -aunque ya era conocida por este “sistema”- cuando en 2010 más de 20 trabajadoras se quitaron la vida producto de las condiciones en que trabajaban, condiciones puestas por la empresa y garantizadas por el estado chino, que además se ocupa de irradiarlas por todo el país.

En China las personas no son más que eslabones, engranajes, pequeñas partes, en una gran cadena de montaje de la que se valen las poderosas para abaratar costos, seguir “compitiendo” y obteniendo ganancias extraordinarias con la vida de otras personas.

Cuando pienses en Mac, en Micro$oft, en Sony, cuando veas un “made in China” pegado en productos occidentales te invito a preguntarte cuántas vidas, cuánto sufrimiento ha debido poner una persona para que una corporación pueda llenar sus arcas vendiéndote ese gadget, que como todos… es 90% innecesario…

¡Happy Hacking!

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