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Un fantasma recorre el mundo: La Agroecología

Hoy como cada quincena, como cada martes, me levante y busqué el artículo de Esther Vivas y me encuentro con un planteo fabuloso que inclusive ya habíamos hecho desde nuestro humilde periódico online. Las estrategias para invisibilizar en base al desprestigio la agricultura ecológica. Pueden leer este artículo desde aquí.

Yo voy a tratar de agregar otras variantes a un artículo que recomiendo leer; buscando ilustrar a nuestras lectoras mientras una treintena de otros reviews y artículos descansan en mi carpeta de pendientes.
La periodista y activista nos dice en su artículo: “Cuando una alternativa cuaja socialmente dos son las estrategias para neutralizarla: la cooptación y la estigmatización. La agricultura ecológica es torpedeada por ambas. Por un lado, cada vez son más las grandes empresas y los supermercados que producen y comercializan estos productos para dar cobertura a un floreciente nicho de mercado y ‘limpiarse’ la imagen, a pesar de que sus prácticas no tienen nada que ver con lo que defiende este modelo. Su objetivo: cooptar, comprar, subsumir e integrar esta alternativa en el modelo agroindustrial dominante, vaciándola de contenido real”.

Ya varias veces hablamos de esta mecánica a nuestras lectoras y la hemos descripto como un refinado ejercicio de neolengua que no alcanza solo a las palabras, sino también a las imágenes en su versión analógica y virtual.
Las técnicas contra esta corriente agroecológica no difieren de las usadas contra el software libre, inclusive dentro de la agroecología tienen su opensource como me confirma una amiga en una discusión en la lista de correos del hacklab.

Quieren alimentarse sanamente compren solo productos campesinos y de producción orgánica, solo pueden adquirirlos en los colectivos que se coordinan con los colectivos de los territorios o las ferias organizadas por los colectivos. (galleguindio)

Hice una compra hace poco en cooperativa puente del sur, y plantean la diferencia entre «orgánico» y «agroecológico», planteando justamente que una lógica de producción sustentable socialmente es más importante que evitar el uso de químicos.

Aquí”  (contestación de mi interlocutora)
Hoy la FAO advierte de hambrunas culpando al Calentamiento Global y minimiza en esa apología la incidencia de una agricultura basada en comodities. El problema fundamental es que hoy las empresas agrícolas no producen alimento, en su lugar han optado por producir transgénicos que se transforman en materia prima de alimento balanceado. La pregunta sería: en un mundo donde las principales producciones agrícolas son cereales con alto grado nutritivo¿por qué no se convierten en alimento?

asaLa garantía de alimentación estaba apoyada en un retorno de la llamada “revolución verde” y en la capacidad del movimiento campesino para proveer los alimentos de su agricultura y ganadería a escalas menores pero fuertemente comunitarias. Hoy esas garantías son solo un aceitado discurso.
La realidad es que la producción de alimentos es negocio solo para la manufacturación, no para el productor.
Se nos dice que los transgénicos son el futuro; pero en la Unión Europea son prohibidos, en Rusia se encuentran suspendidos por una década para profundizar los estudios que postulan los daños producidos al organismo por su consumo.
En la Argentina un científico -Andrés Carrasco- recientemente fallecido, se puso de pie y le sacó la careta al negocio de los transgénicos. Demostrando diferentes tipos de daños biosociales y su insostenibilidad a largo plazo; la respuesta es esta escalada de los cuadros protransgenismo en los puestos de decisión de la universidad basta citar la autopresentación del decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Juan Marcelo Conrero “Soy hijo de tambero. Nací y me crié en un campo en la localidad de Silvio Péllico, donde viví hasta los 14 años. Ya como profesional sigo involucrado en la actividad” y su declaración sobre Monsanto en el mismo artículo “Proponemos cambiar temor por conocimiento. Ante determinadas cuestiones, la gente se atemoriza y es lógico. Pero debemos promover un debate científico que lleve certeza a esta situación. Por eso desde la facultad vamos a llevar a cabo programas de divulgación que contengan todas las aristas no sólo en el tema Monsanto, sino también en otros que involucren a la sociedad”.

Justamente; este tipo de conocimiento es el que fundamentamos; pero desde una lógica totalmente independiente de las empresas agrotécnicas y agroquímicas.
No puede liberarse este conocimiento cuando no puede accederse a sus fuentes. No puede promoverse el conocimiento (como ejercicio de realidad); cuando el principal interés es el lucro y cuando la socia mayoritaria de las empresas transgenéticas es el propio estado; como es el caso Argentino.
Sustentabilidad significa sustento o sea que puede mantener la vida en el futuro. Eso es lo que olvida este modelo científico.
Hoy; las que defienden sistemas sustentables son tachadas de talibanes. Pero acaso podemos simplemente tachar de casualidades que la pampa sojera sea más proclive al cáncer como lo señala un estudio reciente de la UNC; o los daños hormonales denunciados por un estudio de la UNR; o los tantos de la UBA para no hablar de los estudios paradigmáticos como el del Dr. Seralini.

El modelo que sostiene la transgenética y el transhumanismo se basa en un secretismo patentado y la aceptación de un publico consumidor. El modelo agroecológico se basa en el conocimiento de pares y la distribución de conocimientos. Otra vez el mismo conflicto…

Fuentes:
http://blogs.publico.es/esther-vivas/2014/07/07/quien-tiene-miedo-de-la-agricultura-ecologica-i/
http://es.wikipedia.org/wiki/Esther_Vivas
http://www.lavoz.com.ar/politica/nosotros-proponemos-cambiar-el-temor-por-el-conocimiento

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