Screen Shot 2013 04 09 at 11.22.17 PM

A tiempo: excelente película para ver online y gratis

La distopía es por lo general calificada como lo contrario a una utopía, bueno, es mucho más profundo que eso, pero no es el tema de esta nota y con ese concepto alcanza. A mí me resulta muy interesante porque permite ficcionar diversas realidades posibles en base a determinados hechos, y esas ficciones, suelen ser bastante esclarecedoras. Las distopías están por todos lados, has visto, oído, leído o sabido de alguna. “El Gran Hermano” de Orwell, “Un mundo feliz” de Huxley o “V de Vendetta” son muy buenos ejemplos de distopía.

Los géneros literarios y los recursos narrativos no son mi tema, por lo que muy probablemente me equivoque, pero lo que te propongo hoy es una extraña mezcla de distopía y ucronía. Ucronía es un género literario bastante interesante en el que se nos plantea una historia alternativa, en la que se cambia un determinado hecho histórico que desencadena una historia diferente a la real, paralela, alternativa.

Los sábados tratamos de mostrarte la vinculación cultural que existe entre tecnología y sociedad, porque la tecnología no es sólo un aparato celular o una computadora, también son tecnología los métodos extractivos mineros, las formas de crear o dar valor a las monedas, y otras cuestiones que cotidianamente no solemos ver, como la relación entre tecnología e ideología cuando hablamos de, por ejemplo, medicina (ninguna tecnología está exenta de ideología). Hoy te traigo una película que realmente me sorprendió y aunque como película no le llega al tobillo a V. de Vendetta -incluso siendo muy buena- sí creo que en su relato es mucho más clara, más explícita y más simple, que la protagonizada por V pues aborda el concepto de la libertad no desde la libertad de voto (algo que extrañamente a mucha gente le resulta sacrificable), sino sobre el derecho a vivir.

Se trata de In Time, una película lanzada en 2011 cuya directora y guionista es el kiwi Andrew Niccol, un tipo que ha jugado mucho en sus películas con esta relación entre tecnología, ideología y sociedad. Dirigió y guionó -en mi opinión- grandiosas películas como “The Truman Show”, “El Señor de la Guerra” y “La Terminal”, por nombrar solo algunas. Niccol convocó a Cillian Murphy, actor irlandés que verdaderamente sorprende en “El viento que acaricia el prado” que narra la historia del ejército de liberación Irladés (el IRA), el mismo tipo oscuro que encarnó al Espantapájaros en las Batman de Christopher Nolan. Se suman al elenco Amanda Seyfried, Olivia Wilde (13 en Dr. House) y… Justin Timberlake.

Te soy sincera, de la película solo me atraían la trama, el director y Cillian Murphy. Sí, soy una prejuiciosa a la que le cuesta encontrar en una ex N’Sync a una artista, pero creo que me equivoco, ya es la segunda película con Timberlake que veo y me parece muy buena. No es un actor que descolle, o al menos a mí no me lo parece, pero creo que hace un buen laburo.

“In time”, titulada en hispanoamérica como “El precio del mañana” nos sitúa en un mundo en el que científicas han logrado modificar genéticamente a las humanas para que puedan alcanzar la inmortalidad, y con el objetivo teórico de evitar la superpoblación, re-modifican el gen de las humanas inmortales, por uno similar a una bomba de tiempo. La especie se desarrolla sin problemas hasta que cada individuo alcanza los 25 años, momento en el que se deja de envejecer y, al mismo tiempo, se activa un reloj implantado en sus brazos que les da un año de vida más. Cumplido el año 26 las humanas inmortales muren, salvo aquellas que consigan dinero para comprar más tiempo de vida.

El tiempo se transforma en algo tan valioso entonces que es utilizado como moneda, el dinero ha desaparecido, y las personas trabajan no para vivir sino para no morir. Pagan llamadas telefónicas, comida, transporte, todo, con minutos, segundos u horas de su vida que desaparecen inmediatamente de su reloj y las acercan a la muerte en cada compra. Y aunque decidan comprar, el tiempo sigue avanzando, y acercándolas a su hora 0. La sociedad sigue estratificada y existen grupúsculos integrados por millonarias con mucho tiempo en sus relojes, mientras otras cuentan a penas con los minutos que pueden ganar a diario, trabajando en la construcción de máquinas utilizadas para almacenar el tiempo que les da vida. Al final de cada jornada, las obreras reciben su “paga”: el tiempo justo de vida que tendrán hasta la misma hora al día siguiente. De esta forma sólo pueden vivir un día más a cada día, y un despido significa literalmente la muerte.

El protagonista de la historia, Will Salas (Justin Timberlake) uno de las obreras de la fábrica que vive en las zonas más pobres de Dayton, donde la gente corre en lugar de caminar para no desperdiciar sus segundos, encuentra a una millonaria que cansada de vivir eternamente ha decidido despilfarrar su tiempo hasta morir, invitando tragos y buscando ser asaltada por minuteros, ladronas de tiempo. Desconociendo su voluntad de morir, Salas lo rescata de un posible asalto y lo refugia en un edificio, donde deciden pasar la noche. Hamilton, tal es el apellido de la millonaria, le cuenta algo maquiavélico tras el tiempo: para que unas vivan para siempre, otras deben morir y agrega que para sostener el sistema las poderosas no se basaban simplemente en el reloj de los 25 años, sino que encarecían precios e impuestos, con el objetivo de lograr que las personas mueran por no poder pagar lo más básico como el transporte hacia el trabajo, lugar en el que les darán más tiempo para vivir al terminar la jornada. Al despertar, la millonaria le ha cedido casi un siglo de vida y ha marchado a su muerte.

En este punto es donde verdaderamente comienza la película. En la exageración del capitalismo que desarrolla esta película -que en muchos momentos semeja la historia de Bonnie & Clyde- pueden verse claramente temas que en lo cotidiano son matices. Grandes diálogos complementan buenas actuaciones en una película que no llega a volvernos locas literalmente, pero que cuenta con una trama y un planteo verdaderamente claro y potente respecto de la igualdad, la libertad, las posibilidades de desarrollo y demás mentiras de la sociedad del capital.

Como es delito, porque hay gente que ha logrado que compartir cultura esté penado con cárcel y multas, no vamos a subirte la película acá. Pero te cuento que podés encontrar la película en lenguaje original en este enlace y bajar los subtítulos en este otro. Ambos enlaces externos a este sitio y que van a existir los compartamos o no. En caso de que quieras bajar la película a tu computadora, te recomendamos hacerlo con DownloadHelper, utilizando Firefox, pero acordate que es un delito. Si no sabés cómo utilizar el plugin, buscá dentro del diario y vas a encontrar cómo hacerlo.

Dale una probadita y volate la peluca.

¡Happy Hacking!

image/svg+xmlTribuna Hacker existe gracias a

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *