Hasta el momento, hemos dedicado varias notas a poder resucitar o reciclar hardware. Sucede que mucha gente tiene computadoras 100% operativas guardadas en su placard, porque “están viejas”. Y lo cierto es que lo único que las hace viejas son los cambios en el software y que hay computadoras más nuevas que la que tienen en el placard. Pero en informática capitalista, la idea de “viejo” significa inútil. Algo que es inservible y que no puede seguir siendo utilizado, es basura.
Producto de esta concepción -que tiene su origen en generarte la necesidad de comprar cosas nuevas y no de darte soluciones- los países dominantes han desarrollado políticas de uso y manejo de la basura especiales. Hace poco veía que un televisor de 50 pulgadas (y $35.000 de costo) decía que no era conveniente tirarlo a la basura.
¿Vos tirarías un Peugeot 405 turbodiesel, con dirección hidráulica, levantacristales eléctricos y otros chiches -funcionando y en perfectas condiciones- sólo porque salió el Peugeot 208? Cuesta, también, $35.000
Por favor, si lo tirás, avisame,que me viene muy bien.
Con las computadoras pasa algo macabro. Las corporaciones que desarrollan sistemas operativos privativos, van generando sistemas que requieren de computadoras más nuevas, y te incluyen las “actualizaciones automáticas”, que de a poco van tornando tu sistema operativo en algo inútil y te llevan a pensar que tu computadora ya no sirve.
Es como si viniera la fabricante de tu auto cada 15 días y te sumara unos 20 kilos de peso en el baúl, en un año, el peso va a ser tan grande, que el motor no va a dar a basto, va a seguir andando, pero ya no podrá mover el auto.
Esto es lo que pasa cuando alguien te activa “de prepo” las actualizaciones automáticas. Te genera la necesidad de comprar una PC nueva, para lo cual la desarrolladora de software privativo tiene dos opciones: te vende una licencia nueva del mismo sistema operativo o hace que el sistema operativo que venías usando no sea compatible con computadoras nuevas, entonces saca una nueva versión y te la vende.
Te preguntarás: bueno, pero el sistema operativo y el hardware son cosas distintas. Es cierto. Pero, si vos producís hardware, éste debe funcionar con un sistema operativo, y si el que desarrolla el sistema operativo más usado en el mercado hace que tu hardware no funcione con su software… entonces nadie va a querer comprar tu hardware porque una gran cantidad de personas no podrán usarlo.
Es por esto que solemos invitar a quienes tienen una computadora vieja, a que cambien el sistema operativo y la sigan usando. Porque está ahí, 100% operativa y útil, no vas a poder instalarle TODO, pero sí podés instalarle muchísimo software y darle el uso que el 80% de las personas le da a su computadora: usar la suite ofimática e Internet (con jueguitos y todo) entre muchas otras cosas.
Hoy hablamos de Slitaz que es una distro que me recomendó don Marcos Guglielmetti cuando yo me encontraba peleándome con un Damn Small Linux en una Pentium II. Esta distro está orientada para computadoras 486 en adelante, por lo que en la Pentium II anda tremenda. En cuanto a necesidades de RAM, con 16 megas andás bien, aunque si tenés un poco más, podés hacer muchísimas cosas.
Marcos había utilizado esta distro en FM Futura, gran radio de La Plata, y yo estaba intentando resucitar algunas de las máquinas de escribir con monitor que tenía Radio Universidad (UNCUYO) para que pueda ser utilizada para trabajar. Era clave que la traducción de todo el sistema fuera correcta, para no desalentar a ninguna trabajadora de la radio que, encontrando muchas cosas en inglés, se desorientara o prefiriera esperar a que se liberara alguna de las otras computadoras.
Y pude comprobar que la distro es estable, 100% en castellano y MUY VELOZ, además de contar con una interfaz de usuaria muy estética y minimalista, por lo que se trata de una gran alternativa para poder volver a utilizar una PC de esas que dejaste de usar porque es “vieja”.
Slitaz es la más pequeña de las minidistros equipadas con gestor de ventanas y escritorio (distribuciones de GNU/Linux realmente pequeñas, algunas caben en un diskette, digo, por si encontrás alguno), y requiere tan sólo 30mb de espacio en el CD de instalación y 80mb de espacio en disco para estar 100% operativa.
Como te decía, está optimizada para procesadores 486 en adelante y necsita 16 mb de ram para correr el gestor de ventanas JWM, que no es el que más me gusta, pero con 128mb podés correr perfectamente un LXDE que es realmente hermoso, o hasta un enlightenment (en mi opinión, el mejor, aunque es difícil acostumbrarse).
Esta distribución de GNU/Linux es también LiveCD, por lo que podés probarla sin necesidad de instalarla, y cuenta con cosas que no esperás que tenga algo que ocupa 80mb (lo mismo o menos que un CD musical en alta definición) como servidor web, distintas herramientas de rescate, cliente de chat irc, cliente SSH, gestor FTP, reproductor multimedia, editor de audio profesional y una gran cantidad de programas a disposición.
El LiveCD requiere de 192 MB de ram para correr fluido sin ser instalado y recibe el nombre de “Core LiveCD enviroment”, aunque también existe otra versión llamada “loram-slitaz” (acrónimo de Low Ram) que requiere sólo de 80MB para correr perfecto. Para finalizar, hay otro sabor de Slitaz llamado “loram-slitaz-cdroom” que es un instalador en modo texto.
La primer versión data del año 2008, actualmente están por la cuarta edición (2012) de este gran sistema operativo al que además podés acceder de forma totalmente gratuita-
Por lo menos hacé la prueba de instalarla, si después no te gusta el desempeño de esa computadora que sacaste del placard, avisame, conozco de mucha gente a la que le sería de gran utilidad.
¡Happy Hacking!