Según estadísticas, alrededor del 75% de las personas con acceso a Internet se han buscado a sí mismas en Google. Me parece un hecho trivial, de amor propio con algunos toques de ego, pero ego del bueno: quererse, nada de idolatrarse. También puede ser curiosidad. Pero resulta que el gigante de la venta de personas en Internet tiene muchos datos más sobre nosotras que los que efectivamente sabemos que tiene.
Sabemos que tiene datos nuestros porque se los dimos cuando creamos nuestra cuenta de Gmail, porque usamos Android, porque usamos Docs, porque usamos cualquiera de sus productos, porque sabemos que Google recolecta nuestra información cuando lo usamos para navegar, porque usamos Chrome o simplemente porque aceptamos que Google es una suerte de Diosa todopoderosa que nos otea.
El asunto es que Google es una empresa, una que se dedica a hacer espionaje global con el visto bueno (por acción u omisión) de las personas, pero además de eso tiene un sistema y ese sistema guarda datos. La parte interesante de todo esto es que Google lanzó recientemente la posibilidad de que tengamos mayor control sobre nuestra información.
Ahí hay que hacer un paráte: ¿de quién son esos datos? Nuestros. ¿Quién nos da permiso para controlarlos? Google. ¿Y quién nos los recolecta? Google. ¿De quién son los datos? No, no es un loop.
Google vende tu identidad, y además no lo necesitás, hay buscadores tanto o más potentes que no te venden como DuckDuckGo. La posibilidad de borrar nuestros datos, no debería existir, porque nuestros datos no deberían ser sistemáticamente almacenados. Pero bueno, ahora esta megaempresa que vende nuestra identidad en subastas (ésa es la técnica, no sé si lo sabías, tus datos se subastan al mejor postor) nos da la posibilidad de bajarnos el historial, desde aquí recomendamos no bajarlo, sino BORRARLO.
¿Qué es lo que Google permite controlar ahora? Te da la posibilidad de bajarte TODAS las búsquedas que hiciste en su navegador. ¿Sorprendida? Bueno, si guardan todas las búsquedas, imaginate lo que harán con nuestra identidad.
La caradurez de esta empresa es impresionante, te aclaran que no bajes estos datos en una computadora pública, porque podría afectar tu intimidad… ¡y te los está dando una de las empresas más grandes del mundo!
Pero esta “bondadosa” posibilidad que te brinda la corporación que le pone un precio a tu vida tiene una trampa. La posibilidad de bajar todos tus datos es sólo para aquellas personas que tienen habilitado el historial de búsquedas. Así que cuando ingresás a la sección para bajarlo y no lo tenés habilitado, te va a pedir que para bajar tus datos, actives el servicio: y aquí perdiste, quedaste atrapada para siempre, habilitaste que te archiven a vos misma sólo para poder controlar tus datos.
Google ya te está trackeando, así que metete al link anterior, y fijate si hay algo específicamente tuyo, porque lo que no tiene Google formalmente es tu nombre, aunque sabe todo de vos. Te dicen que la única que puede ver tus datos sos vos, pero es una gran mentira: obviamente ellas lo tienen, si no, no podrías buscarlo ni borrarlo.
Así se ve una cuenta con el historial desactivado
Ahora: ¿no te indigna al menos un poco que Google sepa qué buscaste hace seis o siete años? Bueno: bajalo y fijate qué tienen tuyo, mañana te contamos cómo borrarlo.
¡Happy Hacking!